CIUDAD DE MÉXICO, MX.- Para Francisco Gómez, cultivar cada año flores de nochebuena significa un halo de bienestar para los hogares. Desde hace 20 años se ha dedicado a esta actividad que requiere de la enseñanza y el conocimiento familiar para reproducir la planta, darle los cuidados que requiere durante nueve meses y alcanzar la pigmentación óptima para aportar su tradicional colorido a las fiestas decembrinas, publicó La Jornada.
En la alcaldía Xochimilco, en un espacio de 2 mil 500 metros cuadrados, produce esta flor cultivada desde la época prehispánica y distinguida por sus encendidos pétalos rojos en forma de rehilete.
Durante un recorrido por este diario en su unidad de producción, Gómez señaló que México perdió la exclusividad para explotar la nochebuena y prácticamente toda la producción de la flor que se expende en el mercado nacional es fruto de los esquejes (tallos) que se importan del extranjero, con variedades genéticamente modificadas que ahora inundan el mercado nacional.
Por ahí alguien se llevó unas plantas de nochebuena y las trabajaron genéticamente en Estados Unidos. Por esa patente tienes que pagar cuota. Nosotros compramos los esquejes con casas autorizadas y ellas pagan los derechos de reproducción de esas plantas, lamentó.
Pese a que la flor de nochebuena es una planta nativa de México, en el país sólo se tienen registradas 21 variedades de aproximadamente un centenar existentes, lo que obliga a los productores nacionales a comprar el esqueje en el extranjero, señaló Rubí Sánchez, jefa de distrito de desarrollo rural en la Ciudad de México de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Indicó que lo que se requiere es fortalecer el vínculo entre el productos con las instituciones para que conozcan los distintos tipos de variedades. Dijo que actualmente el floricultor adquiere el esqueje ya enraizado, porque lograr este proceso es complicado, y se enfocan en el mantenimiento posterior hasta su comercialización.
México, centro de origen y diversidad de la flor de nochebuena, ocupa el cuarto lugar mundial en superficie cultivada, con 320 hectáreas. Comentó que este año se prevé comercializar 21.5 millones de plantas, con un valor en el mercado de 902 millones 742 mil pesos.
Agregó que los estados con una mayor producción son siete; en primer lugar está Morelos, seguido de Michoacán y la Ciudad de México, esta última con una comercialización a nivel nacional de 3.2 millones de nochebuenas que se obtienen de 27 hectáreas de cultivo. La derrama económica para la capital del país asciende a 200 millones de pesos, además de los empleos directos e indirectos de los que se benefician las familias.
Como producto de la modificación genética, en el mercado se venden también las moteadas, salpicadas en rojo y blanco. (Fuente: La Jornada)