CIUDAD DE MÉXICO, MX.- El pasado 29 de diciembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio un gran avance en una de sus promesas de campaña que más eco han tenido: dejar un sistema de salud como —o mejor que— el de Dinamarca al final de su sexenio. Sin embargo, los pacientes tienen “otros datos”, publicó publimetro.com.mx.
Ese día, López Obrador inauguró la “Megafarmacia del Bienestar”, una bodega en Huehuetoca, Estado de México, en donde se almacenarán “todos los medicamentos del mundo” y que promete combatir el desabasto en los sistemas de salud operados por el gobierno federal: el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el recién fortalecido IMSS Bienestar.
A pesar de ello, para los pacientes y sus familiares la realidad es distinta a la promesa presidencial, porque aún en la megafarmacia les hacen esperar más de cinco días por su medicamento —cuando la promesa es que estarán disponibles en máximo dos días—; además, no les informan si hay existencia de los medicamentos solicitados y no se nota que exista la prometida coordinación entre la magna obra y las clínicas y hospitales.
Otro punto clave en el viacrucis es la lucha contrarreloj. Solicitar un medicamento en la megafarmacia tiene un obstáculo mayúsculo: el tiempo de vigencia de las recetas, que es de 72 horas. Si la receta pasa de ese tiempo, el paciente debe volver a acudir con su médico para solicitar una receta vigente.
Además de que lo anterior, los empleados del call center indican que también solo el paciente o titular puede recoger el medicamento, algo que jamás se mencionó durante el acto de inauguración del 29 de diciembre, ni el mañanera del mismo día, en la que se explicó el funcionamiento. (Fuente: publimetro.com.mx)