CHIQUILÁ, MX.– Lancheros de Chiquilá se dieron a la tarea de documentar la venta de boletos de ferry, de la empresa Holbox Express, que se les hace a turistas dentro de autobuses de ADO, provenientes de Mérida o Cancún.
Los operadores de estas lanchas turísticas y otros trabajadores ligados a esta actividad desde hace años han reclamado en contra de esta práctica, pues muchos turistas al llegar a Chiquilá ya tienen adquirido su boleto a Holbox, lo que los deja fuera de competencia tanto a ellos como a la otra naviera, Nueve Hermanos.
A finales de enero de este año, este grupo incluso bloqueó el acceso al muelle, para exigir el fin a esta competencia desleal, pues recordaron que existen acuerdos firmados en los que se prohíben estos “jaladores”.
Fueron varios de estos inconformes quienes se encargaron de grabar a un autobús de ADO, que en el tramo Kantunil-San Ángel, descendió a dos mujeres, trabajadoras de Holbox Express, quienes evidentemente habían vendido boletos de este ferry.
“Está prohibido vender boletos en autobús”, le reclama el lanchero, quien grabó a las dos trabajadoras de Holbox Express.
“Yo no fui a vender, yo tenía un compromiso en Kantunil”, trató de argumentar una.
“¿Un compromiso? Ahorita vamos a llegar a Chiquilá y vamos a ver si están los boletos vendidos”, le respondió el inconforme.
En un segundo video, este hombre y una mujer arriban a la terminal en Chiquilá, y comienzan a interrogar a los pasajeros de este autobús si ya tenían su boleto para el ferry a Holbox. Al menos dos extranjeros contestaron en afirmativo y mostraron boletos de la empresa Holbox Express, los que habían adquirido en la ruta.
En la grabación, la mujer inconforme acusa a los conductores de ADO de subir a estos vendedores en el tramo Kantunil-San Ángel, a pesar de estar prohibido. Ella incluso los señala con su cámara, pero estos trabajadores optan por dar la espalda y esconderse.
Los lancheros señalan que no solo se trata de una competencia ilegal, sino que los choferes de ADO que se prestan a este esquema, probablemente a cambio de una suma de dinero, ponen a sus pasajeros en riesgo, ya que suben a gente extraña a mitad de recorrido. (Agencia SIM)