Por Itzel Chan

MÉRIDA, MX.- Sequía, incendios, deforestación, establecimiento de agroindustrias y granjas porcícolas, así como uso de plaguicidas, son algunas de las principales causas que enfrenta la apicultura en Campeche, Yucatán y Quintana Roo, ya que cada día mueren miles de abejas en todo el territorio, mientras que las autoridades de los tres niveles de gobierno se muestran indiferentes antes esta problemática.

Se acerca un cambio de gobierno federal, estatal y municipal, así que apicultores de la Península de Yucatán exigen que este territorio de México sea declarado como zona de emergencia.

A pesar de que llevan ya años en procesos jurídicos como amparos, demandas, juicios y otros trámites para denunciar a las empresas responsables de la muerte de abejas, hasta ahora no tienen soluciones por lo que exigen que se implementen leyes de protección para los polinizadores.

Lady Arecely Pech Martín, la ‘Guardiana de las abejas’ y premiada incluso con el premio Goldman, describió que ya ha sido detectado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático que 8 de 60 plaguicidas que se usan en la zona de Hopelchén no deberían usarse por su alto grado de toxicidad.

“Exigimos que se suspenda el uso de plaguicidas, exigimos que se pare la deforestación, el crecimiento de megaproyectos y que haya una protección de la apicultura”, enfatizó.

La activista catalogó la situación como grave porque hoy en día enfrentan una muerte masiva de abejas y uno de los motivos más grandes es el uso de plaguicidas en terrenos de monocultivos aledaños y esto se suma a un año crítico de incendios.

Sobre esta situación, Fermín Xulub Cohuó, apicultor en Tizimín, describió que fue afectado con la muerte de 85 colonias de apiarios y en cada colonia tan solo una reina pone 2 mil 500 huevos al día.

“Yo acudí a mi apiario el 11 de marzo de 2024 y no sabía cuál era la causa, pero mis abejas estaban muertas. Luego, 15 días después me encontré con otros apicultores que también tenían muertes en sus apiarios y fue por intoxicación de agrotóxicos”, señaló.

Él pide justicia junto con Marco Antonio Chan Ke, del oriente de Yucatán, quien denunció que por el establecimiento de granjas porcícolas en Kinchil han sido afectados 29 apiarios que estaban certificados por producir miel orgánica.

“Llegó la certificadora y vieron que la granja que produce más de 500 mil cerdos está a menos de 200 metros de la granja, entonces nos quitaron la certificación”, denunció.

Dicho sello les daba la oportunidad de vender la miel que producían a un precio más justo, pero ahora al no poder comprobar que la miel está libre de agrotóxicos ya no pueden contar con esta garantía.

Marco Antonio indicó que la situación no sólo afecta directamente a las abejas, sino que igualmente el establecimiento de granjas porcícolas ha dañado la calidad de agua de los pozos a tal grado que a los niños que se bañan en ellos les salen ronchas en la piel.

“Tengo 54 años de ser apicultor y jamás había visto estos problemas y veo que se agravan desde hace ocho años”, declaró. La presencia de contaminación ha sido confirmada por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).

Fidencio Tamayo, también apicultor desde hace más de 30 años en Tizimín exigió a las autoridades que atiendan sus demandas.

“Me siento muy indignado porque de eso depende nuestro sustento para sobrevivir en estas épocas difíciles de sequía”, mencionó.

En su apiario murieron cerca de 55 colonias de abejas y calcula que junto con otros compañeros se trataría de 600 colonias muertas.

En Hopelchén, Yucatán, la situación es tal que en marzo de 2023 se detectó la pérdida de 3 mil 650 colmenas y hasta la fecha nadie se ha hecho responsable de esos hechos.

“Los productores que alzamos la voz salimos denunciados y el Gobierno del Estado no ha hecho nada”, relató Benjamín Acosta, apicultor de la zona.

Las personas apicultoras han dicho que sienten que sus territorios están amenazados por todas partes y cada vez hay más megaproyectos y grandes empresas que con permisos gubernamentales atentan contra los recursos naturales.

En el caso de Hopelchén se calcula una pérdida cercana hasta de 4 millones de pesos, de los cuales no les ha sido devuelto nada a las y los productores.

Años atrás a estas alturas del año ya llevarían cerca de siete cosechas y hasta ahora, por el panorama que se presenta, cuentan con una solamente.

De esta manera piden a las candidaturas que están próximas a tomar los puestos de gobierno que volteen a ver esta situación que cae en lo grave. (Noticaribe)

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