Debido al boicot de México y las abstenciones de Brasil, Colombia y Bolivia, fracasó este miércoles en el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washington una resolución que instaba al régimen de Nicolás Maduro a publicar los resultados por mesa electoral y permitir una verificación integral con observadores independientes.

Durante casi tres horas, se llevaron a cabo intensas negociaciones con la participación de varios ministros de Exteriores, ya sea presentes en Washington o conectados por videoconferencia, entre ellos los de Argentina, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú, Chile, Guatemala y República Dominicana. El canciller peruano, Javier González-Olaechea, reveló que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, intentó durante dos horas persuadir a los Estados sobre la necesidad de solicitar transparencia y una observación internacional independiente para el recuento, sin referirse explícitamente a un fraude. Finalmente, la resolución, que simplemente pedía garantías y no mencionaba el fraude, no logró obtener la mayoría requerida, faltándole solo un voto para ser aprobada. De los 35 países miembros, 17 votaron a favor, cinco estuvieron ausentes y once se abstuvieron. Entre los países que apoyaron la resolución se encontraban Canadá, Chile, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Paraguay, Perú y Uruguay, mientras que Bolivia, Brasil y Colombia se abstuvieron. México no participó en la votación, siguiendo las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien afirmó que «no hay pruebas» de fraude en Venezuela y criticó a la OEA por «intervencionismo».

La ministra de Exteriores argentina, Diana Mondino, expresó su indignación, instando a los presentes a reconocer la gravedad de la situación en Venezuela y afirmando que «hubo fraude» en las elecciones. Mondino destacó la situación de seis opositores venezolanos refugiados en la embajada argentina en Caracas, quienes no han recibido salvoconductos para salir del país.

De manera similar, el canciller peruano González-Olaechea criticó las abstenciones y ausencias, señalando que merman la confianza en la democracia en el continente y pidió que se ejerza presión para que Maduro publique los resultados electorales.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, expresó su confianza en la OEA para presionar al gobierno venezolano a que publique los resultados de la elección. La resolución, acordada tras extensas negociaciones, solicitaba que el Consejo Nacional Electoral publicara los resultados por mesa y realizara una verificación independiente para asegurar la transparencia, además de subrayar la protección de los derechos humanos y el derecho a la protesta pacífica.

Tras las elecciones, el régimen de Maduro expulsó a los embajadores de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, acusando a estos países de «injerencia».

La votación de la OEA se produjo después de que un informe de sus expertos, publicado el 30 de julio, señalara irregularidades en el proceso electoral venezolano, cuestionando su legitimidad debido a la falta de transparencia y otras irregularidades. Luis Almagro, secretario general de la OEA, denunció la falta de libertad, justicia y transparencia, calificando el proceso como una manipulación. Subrayó que cada institución venezolana tenía la obligación de garantizar la libertad y justicia en las elecciones, asegurando el derecho de los ciudadanos a expresar su voluntad en las urnas. (Con información de ABC)

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