Silvia Pinal, ícono indiscutible de la Época de Oro del cine mexicano, murió este jueves a los 93 años. Su partida deja un vacío irreparable, pero también un legado inmenso que abarca siete décadas de trabajo en teatro, cine y televisión, y que la consagra como una de las figuras más emblemáticas de la cultura mexicana.

Apodada “La Última Diva del Cine Mexicano”, Pinal colaboró con algunos de los nombres más ilustres de la industria, incluyendo a Luis Buñuel, con quien protagonizó obras maestras como *Viridiana* (1961), un hito en la cinematografía mundial. Su versatilidad la llevó a trabajar también con Miguel Zacarías y Miguel M. Delgado, demostrando su capacidad para moverse entre géneros y formatos con una gracia única.

La noticia de su fallecimiento fue confirmada por la Asociación Nacional de Actores (ANDA), poniendo fin a una vida llena de luces, aplausos y reconocimientos. Pinal, quien siempre enfrentó la vida con entereza, habló con serenidad sobre la muerte en una entrevista reciente, en septiembre, cuando estaba por cumplir 94 años: “A mí no me asusta la muerte, ella va y viene cuando quiere, cuando se le da a ella la gana, y por eso no me meto”.

Con su adiós, se cierra un capítulo en la historia del entretenimiento mexicano. Silvia Pinal no solo fue una actriz, sino un símbolo de fortaleza, elegancia y arte que vivirá por siempre en las pantallas y en el corazón de quienes admiraron su talento. (Agencias)

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