La actriz española Marisa Paredes, una de las grandes intérpretes del cine contemporáneo, falleció a los 78 años, informó la Academia de Cine de España, institución que ella presidió entre 2000 y 2003.

El deceso fue repentino, según fuentes cercanas, ya que la actriz se encontraba en buen estado de salud hasta el pasado domingo, cuando acudió al Teatro Español para ver la obra Luces de Bohemia, en la que participaba su hija, la también actriz María Isasi. Tras la función, madre e hija estuvieron “tomando unos vinos y charlando”, relataron allegados.

Una carrera marcada por Almodóvar y el cine internacional

Con una trayectoria de más de seis décadas en teatro, cine y televisión, Paredes fue un rostro emblemático del cine español y colaboradora habitual del director Pedro Almodóvar. Protagonizó títulos icónicos como Tacones lejanos (1991) y La flor de mi secreto (1996), además de aparecer en otras obras del cineasta como Todo sobre mi madre (1999), Hable con ella (2002) y La piel que habito (2010).

Marisa Paredes también dejó huella en el cine internacional, trabajando en filmes como El espinazo del diablo (2001), del mexicano Guillermo del Toro, y La vita è bella (1997), del italiano Roberto Benigni. Su versatilidad la llevó a colaborar con directores de renombre como el mexicano Arturo Ripstein (Profundo carmesí, 1996; El coronel no tiene quien le escriba*, 1999), el suizo Daniel Schmid (Hors saison, 1992), el israelí Amos Gitai (Golem, l’esprit de l’exil, 1992) y el portugués Manoel de Oliveira (Espelho mágico, 1977).

Reconocimientos y compromiso político

Nacida en Madrid en 1946, Marisa Paredes acumuló numerosos galardones a lo largo de su carrera, entre ellos el Premio Nacional de Cinematografía (1996), la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2007) y el Goya de Honor (2018) por una carrera “prolífica y arriesgada”. También recibió la Espiga de Honor de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) y reconocimientos en festivales de Karlovy Vary, Taormina, Gijón y Málaga, entre otros.

Marisa Paredes con su hija.

Durante su presidencia en la Academia de Cine (2000-2003), Paredes estuvo al frente de la histórica gala en la que el cine español manifestó su rechazo a la guerra de Irak con el lema “No a la guerra”. Hasta sus últimos días, mantuvo su compromiso político: el pasado 30 de noviembre, participó en una concentración en Madrid para exigir un alto el fuego en Gaza.

Con su fallecimiento, el cine español pierde a una de sus grandes **divas**, símbolo de talento, fuerza y elegancia en la pantalla. (Agencias)

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