CIUDAD DE MÉXICO.- La política siempre ha sido un terreno de sorpresas y giros inesperados, pero pocos tan abruptos como el protagonizado por Lili Campos, exalcaldesa panista de Solidaridad y creció en la política de la mano del ex gobernador Carlos Joaquín González. Luego de ser derrotada por la morenista Estefanía Mercado en junio pasado, Campos ahora se placea abiertamente con figuras prominentes de Morena, el partido que durante su campaña fue objeto de sus críticas más feroces.

Lili Campos, camina abrazada de Ricardo Monreal, presidente morenista de la Cámara de Diputados.

El más reciente episodio de este inesperado viraje ocurrió este domingo durante los festejos de los primeros 100 días de gobierno de Claudia Sheinbaum en el Zócalo capitalino, donde Campos se abrió de capa y no solo asistió, sino que difundió con entusiasmo fotografías junto a diputados como Ricardo Monreal y Pedro Haces, figuras controversiales dentro de las filas de la 4T.

En sus redes sociales, la exalcaldesa publicó un mensaje que parece contradecir su postura de meses anteriores:

“Hoy acudí al informe de los primeros 100 días del Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, donde las mujeres nos sentimos representadas en el país y las políticas públicas en favor de nosotras las mujeres destacan que somos prioridad. Que vivan las mujeres y felicidades a nuestra presidenta de la República.”

Lili Campos con Pedro Haces, polémico diputado morenista y líder sindical de la 4T.

El cambio de rumbo de Campos ha levantado cejas y generado críticas tanto en su antiguo partido como entre los seguidores de Morena. Por un lado, su discurso contra la llamada “Cuarta Transformación” durante su gestión como alcaldesa y en la campaña electoral la posicionó como una férrea opositora al movimiento en Quintana Roo. Por el otro, su repentina cercanía con líderes de Morena está generando cuestionamientos sobre la autenticidad de sus posturas y su motivación política.

Esta transición de opositora a simpatizante de la llamada 4T plantea preguntas sobre la coherencia ideológica en la política mexicana y, más aún, sobre la capacidad de algunos actores políticos para adaptarse, sin pudor, al entorno que mejor les favorezca en cada momento. Para muchos, esto no es más que un reflejo de una política pragmática y oportunista, en la que las convicciones se subordinan a las conveniencias personales.

¿Es Lili Campos una nueva aliada para Morena o simplemente una figura en busca de relevancia política tras su derrota? El tiempo dirá si este giro es genuino o solo una estrategia más en la constante lucha por mantenerse vigente en el escenario político en la búsqueda de algún cargo político. (Noticaribe)

Comentarios en Facebook