Por Itzel Chan
MÉRIDA, MX.- En el vibrante escenario urbano de Mérida, donde el transporte tradicional convive con nuevas formas de movilidad, destaca la historia de Marisol Cimé, una mamá ciclista que ha decidido transformar su rutina y la de su hijo. Con casi 7 años de experiencia en el ciclismo urbano y siendo madre de un pequeño de casi 4 años, Marisol nos abre una ventana a los retos y aprendizajes que implica recorrer la ciudad en bicicleta.
Para ella, el camino no ha sido sencillo. Al inicio, el miedo era el principal obstáculo: la presencia de camiones, taxistas y combis en constante movimiento hacía que cada trayecto se sintiera como una apuesta contra el azar. Además, la logística de trasladarse con un niño pequeño, expuesto a la vorágine del tráfico, intensificaba el riesgo y las críticas de quienes cuestionaban la conveniencia de compartir la infancia con este modo de transporte.
Sin embargo, con el tiempo, Marisol fue encontrando su ritmo y desarrollando estrategias para sortear estos desafíos. Optar por rutas menos transitadas y circular en el carril izquierdo, en medio de la congestión, le ha permitido ganar confianza. Además, su experiencia y la solidaridad entre otras mamás ciclistas han creado redes de apoyo que facilitan el tránsito seguro de sus pequeños, convirtiendo el ciclismo en un acto de empoderamiento y resistencia.
Este testimonio no solo refleja la realidad de una madre que apuesta por la movilidad sostenible, sino que también invita a repensar la integración del ciclismo en la vida urbana. La experiencia de Marisol es un llamado a valorar y promover políticas que hagan de la ciudad un espacio seguro para todos, especialmente para quienes, como ella, desafían las normas tradicionales de movilidad.
En definitiva, la historia de Marisol Jiménez es un ejemplo inspirador que nos recuerda que, pese a los retos, la bicicleta puede ser un vehículo de transformación social. Su recorrido es una invitación a reconocer el coraje de las mujeres que, con determinación y creatividad, remodelan el paisaje urbano y construyen un futuro más sostenible y colaborativo. (Noticaribe)