Por Rafael Briceño

CHETUMAL, MX.- En medio de la polarización social por los efectos negativos que trajo la construcción del Tren Maya al medio ambiente y a la propiedad ejidal, estudios realizados por investigadores del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y de la Península de Yucatán revelaron que el proyecto presidencial que impulsó el expresidente, Andrés Manuel López Obrador, representa una posibilidad de vinculación con el desarrollo regional por lo que es necesaria su continuidad.

Acompañado de la presidenta de la Asociación Mexicana de Ciencias para el Desarrollo Regional (AMECIDER), Crucita Aurora Ken, el investigador del Centro de Investigaciones Económicas de la UNAM, José Gasca Zamora reconoció que la preocupación del Gobierno Federal de terminar la obra antes de concluir el sexenio ocasionó que no se contaran con los estudios de impacto ambiental ni los programas de mitigación correspondientes lo que ocasionó la inconformidad de grupos ambientalistas, sectores económicos y la propia ciudadanía.

No se puede negar que todos los grandes proyectos tienen un impacto en el medio ambiente y en el estudio determinamos que la obra requería de más tiempo de maduración, de estudios y programas de mitigación.

Gasca Zamora reiteró que, una vez concluida la construcción del Tren Maya y su puesta en marcha, el gobierno federal debe implementar un mecanismo de monitoreo ambiental que hasta el momento se desconoce si se ha hecho “porque también hay otro tipo de implicaciones ambientales”.

El gobierno federal debe replantear la manera de ver el Tren Maya y no supeditarlo a los tiempos políticos de un sexenio “ya que este proyecto debió extenderse más tiempo para hacer las pruebas de operación, las acciones de mitigación ambiental y de impacto a las poblaciones afectadas”. Incluso dijo que los problemas de descarrilamiento que se tuvieron en algunos puntos pudieron evitarse de haberse realizado más pruebas de funcionamiento.

En el caso del cuestionamiento a la calidad de los puentes construidos, Gasca consideró que puede deberse precisamente a la falta de planeación, aunque las empresas encargadas tienen un grado de responsabilidad para resarcir aquello que pudiera estar mal y considerar el tipo de suelo kárstico de la península de Yucatán que muchas veces ocasiona algunas zonas inestables aunado a las condiciones climatológicas que, el año pasado, dejaron lluvias intensas y ocasionaron el deslave del terraplén.

Sin embargo, insistió en que el Tren Maya representa un punto de desarrollo e integración regional que pudiera tener los primeros resultados positivos en un plazo de 6 años. (Noticaribe)

Comentarios en Facebook