El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su indiferencia ante la posibilidad de que los fabricantes de automóviles aumenten los precios de los vehículos debido a los nuevos aranceles que su administración planea imponer a las importaciones.
En una entrevista con NBC News, Trump afirmó que “me importa un bledo si suben los precios, porque la gente va a empezar a comprar coches fabricados en Estados Unidos.”
Según el mandatario, “si fabrican su auto en Estados Unidos, ganarán mucho dinero. Si no lo hacen, probablemente tendrán que venir a Estados Unidos, porque si fabrican su auto en Estados Unidos, no hay aranceles”.
Estos aranceles, que incluyen un impuesto del 25% tanto a vehículos importados como a autopartes extranjeras, forman parte de la estrategia de Trump para fomentar la producción nacional y reducir la dependencia de bienes extranjeros. Sin embargo, esta medida ha generado preocupación entre economistas y líderes internacionales. La Unión Europea y países como Canadá y China han expresado su rechazo, calificando los aranceles de injustificados y perjudiciales, y han anunciado posibles represalias y acciones legales ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Analistas advierten que la imposición de estos aranceles podría resultar en un aumento significativo en los precios de los vehículos en el mercado estadounidense, afectando especialmente a los consumidores de menores ingresos. Modelos populares fabricados en México, como el Nissan Sentra y la Toyota Tacoma, podrían ver incrementos en sus precios, lo que podría llevar a una disminución en la demanda y afectar negativamente a la industria automotriz en general.
A pesar de las críticas y posibles consecuencias económicas, Trump mantiene su postura firme, indicando que estos aranceles son permanentes y necesarios para corregir lo que él considera décadas de prácticas comerciales desleales hacia Estados Unidos. (Agencias)