PLAYA DEL CARMEN, MX.- Aunque el gobierno estatal ha dicho que cuenta con todos los terrenos para realizar el Aeropuerto de la Riviera Maya, y sólo está a la espera de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) emita la licitación, la realidad es muy distinta.


El Instituto de Patrimonio Inmobiliario del Estado de Quintana Roo (IPAE) no sólo no tiene los terrenos requeridos para la obra, sino que enfrenta, a nivel estatal, otros problemas que han impedido la construcción de la infraestructura.
En tres entregas, Noticaribe dará a conocer parte de esta problemática, así como la ubicación física de los vértices que vía aérea se identifican como el comienzo de la obra.
El reportaje inicia hoy con la publicación del conflicto entre el gobierno del estado y los ejidatarios de Macario Gómez por la adquisición de 70 hectáreas.
Macario Gómez, una negociación leonina
Las más de mil 500 hectáreas de terreno donde se asentará el Aeropuerto de la Riviera Maya están constituidas por parte de la reserva territorial del IPAE, así como de los ejidos Jacinto Pat y Macario Gómez, de este último, el pasado 6 de julio, se aseguró que los ejidatarios habían pactado la entrega de 70 hectáreas de terreno al Consejo Municipal de Tulum, lo cual no resultó cierto y, por lo tanto, no ha ocurrido, debido a la inconformidad de los ejidatarios en el intercambio con el gobierno del estado.
El ejido Macario Gómez se integra por 55 ejidatarios quienes habían aceptado la propuesta de recibir, en conjunto, un predio de dos hectáreas, cercano al área de desarrollo del municipio de Tulum, a cambio de la entrega de 70 hectáreas de terreno de su fundo ejidal.
El trato se vino abajo luego de que personal del IPAE pretendiera entregar a los ejidatarios un predio de dos hectáreas pero ubicado aproximadamente a 4 kilómetros al fondo de una zona selvática.
La negativa de los 55 ejidatarios de Macario Gómez obligó al Instituto de Patrimonio Inmobiliario del Estado a replantear su ‘oferta’, misma que fue presentada en la pasada asamblea ejidal.
El IPAE modificó su intención primera y ofreció a los integrantes del núcleo ejidal un terreno de 15 hectáreas, valuado por el propio Instituto en 10 millones de pesos por hectárea. El trato contemplaba la entrega, a cada uno de los ejidatarios, de lotes con una medida de 19 metros de frente por 25 metros de fondo, pero posteriormente, este compromiso se redujo a la entrega de lotes de 13 metros de frente por 15 metros de fondo.
Este segundo engaño por parte del IPAE generó la inconformidad de los ejidatarios, quienes dijeron ya no estar dispuestos a continuar con las negociaciones en los términos planteados por esta instancia gubernamental.
“Para convencernos, de último nos dijeron que cada hectárea de las 15 que nos iban a dar valía 10 millones de pesos, y que las nuestras, las 70 hectáreas de Macario Gómez costaba cada una 35 mil pesos, que entonces nos convenía aceptar el trato. Nosotros entonces le dijimos a los del gobierno que en lugar de las 15 hectáreas nos dieran el dinero que decían que costaban” confió uno de los ejidatarios entrevistados, que pidió dejar su nombre en reserva.
Las negociaciones en este momento se encuentran detenidas, según versión de los propios entrevistados; no existe fecha para un próxima Asamblea, que es el órgano máximo donde se toman las decisiones, y luego de las ventajosas propuestas del IPAE, “la gente ya no quiere dejar su tierra, ya está molesta con los ofrecimientos”.
La versión obtenida de varios ejidatarios de Macario Gómez, fue confirmada por Claudio Tun, delegado de este ejido.
Macario Gómez, cuyo nombre hace honor a uno de los líderes de la ‘Guerra de Castas’, tiene una población aproximada de 400 habitantes, en su gran mayoría, mayas. Cada ejidatario posee alrededor de 55 hectáreas.
Alejados del cultivo de la tierra, su principal actividad y medio de subsistencia se encuentra en el sector turismo: camareras, meseros, jardineros, limpiadores, cocineros; la gente de Macario Gómez va y viene de Tulum, un centro turístico de la Riviera Maya.
Pero el trazo del Aeropuerto de la Riviera ahora les está cambiando la vida, sus tierras, antes sin valor alguno, actualmente son disputadas por compradores privados y por el propio gobierno del estado.
Ejido en venta
La certeza de la ubicación del Aeropuerto desató en el área donde se ubicará la infraestructura una especulación inmobiliaria de la que el otrora tranquilo ejido maya, Macario Gómez, no escapa.
Desde la vía Tulum-Merida, a ambos costados de la carretera, se anuncia la venta de terrenos. Compradores que adquirieron grandes extensiones de tierra, antes de que ésta reportara los actuales niveles de plusvalía, ahora están aprovechándose de la burbuja especulativa generada por el Aeropuerto de la Riviera Maya.
Desde pequeños lotes hasta terrenos de centenares de hectáreas, son ofrecidos por ejidatarios y empresas inmobiliarias como Coldwell Banker y Ruiz Barton.
Quintana Roo, un gobierno ‘pospuesto’ para la federación
Además del difícil entorno que enfrenta el mundo, y por tanto México, la cancelación del Aeropuerto de la Riviera Maya entraña otros problemas, uno de ellos, la incertidumbre generada por el propio gobierno de Félix González Canto y que fue ventilada hace unas semanas por el columnista Darío Celis en el periódico Excélsior.
El especialista señaló que, por intereses personales, González Canto no quería firmar la promesa de venta de 869 hectáreas y se había desistido de vender a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, las mil 582 hectáreas, que integrarían el polígono del Aeropuerto.
Con la investigación que aquí se presenta, el rompecabezas de la postergación del Aeropuerto parece completarse, a la crisis económica mundial, se suman los intereses del Gobernador, la falta del terreno requerido para la obra, y una serie de invasiones en parte de los terrenos ya comprometidos. (Noticaribe/Primera parte)

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Galería: Macario Gómez y el aeropuerto

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