PLAYA DEL CARMEN, MX.- Cobá, es una zona arqueológica situada a aproximadamente 45 kilómetros al oeste de Tulum, el municipio nueve de Quintana Roo, creado recientemente.
La zona arqueológica de Cobá se asienta en el ejido de ese mismo nombre, la extensión explorada y abierta al público tiene alrededor de dos kilómetros cuadrados; es el asentamiento más importante del noroeste de la Península de Yucatán, sólo comparable a Chichén Itzá.
Aquí hay 22 guías de turistas locales, todos originarios del ejido; por 300 pesos, estos guías narran la historia de la zona arqueológica. Distintos de los 11 guías de zona pertenecientes al Sindicato Nacional de Guías de Turistas (Sinaltur), los 22 ejidatarios defienden su derecho histórico, como herederos de los antiguos pobladores mayas a beneficiarse de la zona arqueológica, y lo explican:
“Llegamos a un acuerdo con las autoridades (el Instituto Nacional de Antropología e Historia –INAH-) para trabajar aquí, porque esto (la zona arqueológica) es parte del ejido de Cobá”, comenta uno de los guías.
Pero este no es el único negocio que han puesto en marcha los ejidatarios, también rentan bicicletas por las que se paga 30 pesos, y el servicio de triciclos, por 90 pesos, para recorrer la zona arqueológica.
Los ejidatarios han aprendido el arte del “mercadeo”, son insistentes, ofrecen sus servicios y “pintan” la zona como un lugar de mayores dimensiones a las que tiene con el objetivo de ser contratados para los tours o los viajes en triciclos. Relatan, a su manera, y en ocasiones con datos imprecisos, aunque con un importante ingrediente narrativo y anecdótico, la historia del lugar.
La expectativa de los ejidatarios de Cobá, como la de los que viven en los ejidos cercanos, está cifrada en la construcción del Aeropuerto de la Riviera Maya; sus tierras también han adquirido una plusvalía insospechada hasta hace unos años, y no están dispuestos a desaprovechar la oportunidad. En Cobá, como en Macario Gómez, Jacito Pat, Francisco Uh May y Manuel Antonio Ay, los ejidatarios saben lo que ahora valen sus tierras.
Las decenas de bicicletas y triciclos que circulan por las veredas de la zona arqueológica de Cobá son comparadas por algunos con el paisaje de las desordenadas calles de Calcuta, pero los ejidatarios ejercen su derecho sobre la tierra en la que se encuentra el importante asentamiento arqueológico.
La zona arqueológica de Cobá es la segunda más visitada de Quintana Roo, después de la de Tulum. En temporada baja, recibe alrededor de 800 turistas diarios, y en octubre pasado la cifra sumó 24 mil personas. En 2006, Cobá recibió la visita de 251 mil 514 turistas extranjeros y 54 mil 774 nacionales, lo que generó ingresos por concepto de entradas por 11 millones 969 mil pesos.
La temporada más baja desde hace mucho tiempo
Al igual que la mayoría de prestadores turísticos del estado, los que dependen directa o indirectamente de la zona arqueológica de Cobá coinciden en que la presente ha sido una de las temporadas más bajas en los últimos años.
Los taxistas del sindicato Tiburones del Caribe se dicen afortunados cuando logran hacer un servicio a la semana, pues un viaje de un hotel ubicado en el municipio de Tulum a la zona arqueológica, contando el tiempo de espera y el regreso, representa alrededor de mil 300 pesos. Sin embargo, se requiere de verdadera suerte, puesto que la mayoría de turistas precontratan los tours con los operadores de los propios hoteles, comenta uno de los miembros de este sindicato.
Los guías locales tampoco están en mejores circunstancias, Sergio Cen, el secretario general de los guías del Sinaltur, considera que esta temporada la demanda ha disminuido en alrededor del 30 por ciento, aunque cuando viene gente “hay para todos”, señala.
El sitio
La zona arqueológica de Cobá tiene una extensión de poco más de 70 kilómetros cuadrados y una red de 45 caminos (o sacbeob) que comunica a los diversos conjuntos del sitio, así como a Cobá con otras comunidades menores y seguramente dependientes de su dominio. Sin embargo, el acceso al público se restringe a un área mucho menor, y que se encuentra señalizada.
“La ciudad está estructurada a partir de grupos arquitectónicos vinculadas cronológicamente y de acuerdo a su función urbana, pues existen algunos eminentemente residenciales, como el grupo Cobá, en tanto que otros son más bien de función ceremonial y funeraria, como el grupo Macanxoc.
Actualmente se encuentran abiertos a la visita, el grupo Cobá, en donde sobresale un templo de casi 25 metros de altura, perteneciente al clásico temprano, y conocido localmente como la iglesia, así como un complejo conjunto de edificios palaciegos y residenciales.
Aquí se halla un conjunto de juego de pelota, en donde pueden observarse algunas representaciones de cautivos pertenecientes al período 600 – 900 d.n.e., así como un basamento ornamentado con representaciones de cráneos humanos y algunas inscripciones jeroglíficas.
Otro de los grupos importantes es el Nohoch Mul, en donde se encuentra un edificio de más de 30 metros de altura, el cual es uno de los más altos de toda el área maya, y es conocido precisamente con el nombre de Nohoch Mul (“gran montículo” en maya). Sobre el mismo se conserva un templo perteneciente a una etapa constructiva posterior, y que produce una altura total de 42 mts.
También en el grupo Nohoch Mul existe una construcción de volumen aún mayor; se trata de la gran plataforma, un edificio de casi 30 metros de altura y 110 por 125 metros de lado, que lo convierten en el basamento de mayor volumen en todo el noreste de la península de Yucatán.
En el mismo conjunto Nohoch Mul, puede visitarse la estructura x, que es una construcción habitacional cuyo mayor interés radica en que en ella se encuentra la estela 20, que es la mejor conservada del sitio, y en la que puede leerse la fecha maya 30 de noviembre de 730.
Muy cerca de este conjunto se encuentra una singular estructura, recientemente restaurada, conocida como Xaibé (o crucero de caminos), que es un edificio de planta semi circular y una escalinata – gradería de huellas y peraltes mucho mayores a los de la métrica humana, que parece haber funcionado como monumento conmemorativo y cruce de los sacbés 1,5,6 y 8.
Al suroeste del Nohoch Mul se encuentra un conjunto de edificios construidos durante el posclásico tardío conocido con el nombre de grupo de las pinturas, en alusión a algunos fragmentos de pinturas murales que se conservan en el interior del pequeño templo principal del grupo.
El último de los grupos visitables es el Macanxoc, que está constituido por un conjunto de plataformas bajas con pequeños templos y altares, la mayor parte de los cuales está presidido por estelas conmemorativas de diversos eventos relativos a la vida y actividades de los gobernantes de Cobá, algunos de ellos, mujeres. (Noticaribe con información del INAH)