Acusan a “zetas” de asesinato de comandante en Playa en 2008

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PLAYA DEL CARMEN, MX.- Las declaraciones de Luis Alfredo Aparicio Lara, presunto integrante de los “zetas” que fue uno de las tres personas que permanecían secuestradas por este mismo grupo criminal y que fueron rescatadas la semana pasada, donde señala la autoría de los “zetas” en el asesinato del subdirector de la Policía de Solidaridad, Manuel Jesús López Kantún, dejaron al descubierto las redes de impunidad y corrupción tejidas por la delegación estatal de la Procuraduría General de la República, PGR, junto con la Policía Judicial y la Policía municipal de Playa del Carmen.

Temen ser ejecutados

Guillermo Aparicio Lara (a) “El Willy” o “Z-34” y sus hermanos Jorge y Luis, que tuvieron en el centro de rehabilitación “Mediterráneo”, en Playa del Carmen, su mayor centro de operaciones, se encuentran en franca huida. En el crimen organizado manejen ya que sus cabezas tienen precio y emprendieron la “ley fuga” (fugados y escondidos) por separarse del dominio de “Los Zetas” al romper y apartarse de este grupo criminal que no les perdona que les hayan dado la espalda.
Y por haberse puesto a operar por su cuenta y trabajar con grupos antagónicos a “Los Zetas” en el crimen organizado.
Se alejaron de la subordinación de “Los Zetas”, evitaron que sus acciones delictivas sean controladas, realizaron tratos con grupos ligados a “Los Pelones” (del Cártel de Sinaloa) y con ello “Los Zetas” se sintieron traicionados.
Del “Willy” o también conocido como el “Z-34”, surgió vinculado con “Los Zetas” con quienes formó una alianza criminal y puso de rodillas a empresarios comerciantes y propietarios de cantinas y bares, ante la despiadada arremetida delictiva que emprendieron para extorsionar y chantajear con todo tipo de argucias. Todo ello bajo la impunidad y el servilismo de elementos policiacos de los tres niveles de gobierno.
Durante meses asolaron y se adueñaron del control delictivo de Playa del Carmen.
El trío de hermanos, liderados por Guillermo, y acompañado por Jorge y Luis, quedó marcado con el levantón de este último (Luis Aparicio Lara) quien fue secuestrado a la fuerza en Playa del Carmen frente a una plaza comercial.
Su cabeza tuvo como precio un millón de pesos así como el pago de cuatro vehículos de modelo reciente.
Así quedó marcada la ruptura de los hermanos Aparicio Lara, que hicieron del centro de rehabilitación “Mediterráneo” ubicado en Playa del Carmen, su mejor y más efectivo centro de operaciones que ninguna autoridad policiaca se atrevió a intervenir, pese a las múltiples denuncias de la propia ciudadanía que señalaba que los adictos fueron convertidos en rehenes del crimen organizado y obligados a delinquir en toda una variedad de hechos delictivos, debido a sus adicciones a las drogas.
Lo grave es que tras cometer todo tipo de abusos y hechos delictivos “El Willy” y sus hermanos se dividieron y separaron de “Los Zetas” y se comportaron de forma independiente, ajena a la subordinación de la célula, considerada como el brazo operativo y sanguinario del Cártel del Golfo.
Durante mucho tiempo se mantuvieron operando por su cuenta, independientes, lo cual fue del conocimiento de la delincuencia organizada que determinó aplicar un ajuste de cuentas y los hermanos Aparicio Lara, se convirtieron en objetivos más buscados.
Así quedó evidenciado con el “levantón” de Luis Aparicio Lara, ocurrido en Playa del Carmen, en donde pasó horas de angustia, temor e incertidumbre por su vida.
Vendado y arrinconado en un baño con otros dos secuestrados, estuvo a punto de perder la vida, y en donde le preguntaban con insistencia, en cuánto valoraba su vida. Hasta que fueron rescatados sanos y salvos.
Pero a partir de ahí, la carrera criminal de los hermanos Aparicio Lara quedó sujeta a la decisión de “Los Zetas” que no perdonaron la insubordinación y la traición porque se les dio la espalda y se les ignoró como los responsables de la plaza del narcotráfico.
Todo porque Guillermo Aparicio Lara aprovechó la captura continua de los jefes de plaza por elementos del Ejército para hacerse a un lado de esta célula criminal, para operar por su cuenta. Y en donde queda en evidencia que en el crimen organizado quien a “hierro mata a hierro muere” y en donde la traición es sinónimo de un destino fatal.
Y es que desde el año pasado el uso del centro de rehabilitación “El Mediterráneo” por los hermanos Aparicio Lara quedó como una pantalla clave para las actividades delictivas de “Los Zetas”, brazo armado del Cártel del Golfo.
Todos en Playa del Carmen sabían que estaba dirigido por “El Zeta-34” o “El Willy” Guillermo Lara Aparicio.
Como hemos publicado “El Willy” quedó evidenciado la madrugada del domingo 17 de febrero 2008, porque fue quien realizó el pago de los 60 mil pesos en efectivo para la intervención quirúrgica en un hospital privado de esta ciudad, del sicario Gustavo Guzmán Rodríguez de 24 años de edad, originario de Monterrey, Nuevo León. Este sujeto resultó lesionado de bala durante la ejecución de David Barrita Villanueva y su pequeño hijo Kevin Barrita Fierro perpetrado en Cancún.
Lo grave es que fue enviado de “El Mediterráneo”, de donde se había refugiado al hospital privado.
Así quedó marcada ya la relación de los hermanos veracruzanos Aparicio Lara con “Los Zetas”. Y a partir de ahí esa alianza criminal fue dirigida por Guillermo de 33 años de edad, identificado con el alias de “El Z-34” o “El Willy”, junto con su hermano Jorge (a) “El Coque” de 34 años, y la participación de Luis.
De este último, su participación había pasado desaperciba hasta el miércoles de la semana pasada cuando fue levantado en la avenida Andrés Quintana Roo con calle 8 de la colonia Centro -a una calle del palacio municipal- (de Playa del Carmen) y rescatado la noche del viernes por elementos del Ejército en esta ciudad de Benito Juárez en una casa de seguridad de la Supermanzana 50, donde detuvieron a tres sicarios y rescataron a dos personas “levantadas” de quienes pidieron un cuantioso rescate. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

Resulta ser que desde el mes de noviembre del 2008, ya se tenía conocimiento al interior de la PGR y de la AFI en Quintana Roo, los motivos por los cuales “Los Zetas” ejecutaron a López Kantún en la Riviera Maya.
La dependencia federal lejos de armar una consignación de la investigación, le dio “carpetazo” al asunto, mientras que al interior de la policía municipal de Solidaridad se sabía de la participación de elementos policíacos al servicio de la célula criminal, tal y como sucedía en Cancún.
El secreto a voces
En el municipio de Solidaridad, desde el 12 de agosto se sabía quienes habían sido los asesinos del subdirector de la policía municipal, Manuel Jesús López Kantún. El elemento policiaco había tratado de establecer un cerco ante la penetración de “Los Zetas” en la corporación de Playa del Carmen.
El día del asesinato, ocurrido la mañana del 10 de agosto, policías municipales de Solidaridad sirvieron al crimen organizado para “poner” al subdirector y a su escolta quienes serían masacrados.
Luego, el 11 de agosto por espacio de 30 minutos se intervino el circuito de radio de la policía municipal donde se escucharon amenazas y narco-corridos. Una voz sostenía en ese momento “se los va a cargar la chingada a todos cabrones”, en alusión a la vida cobrada de López Kantún.
Días después de que ocurriera la ejecución, el caso fue turnado a la PGR delegación estatal. Como era de esperarse, se dio un carpetazo y nada más, ya que la orden en aquellos días era “proteger” todo lo relacionado con el grupo armado del Cártel del Golfo.
Sin embargo, en los pasillos de la dependencia federal así como en la policía de Playa del Carmen, el nombre del “Comandante Sury” surgió con fuerza. Incluso ya en noviembre se afirmaba que la voz escuchada en la frecuencia de radio de la policía pertenecía a este personaje de “Los Zetas”
Así, el Ministerio Público de la Federación tuvo elementos para poder consignar la investigación, debido a que todo apuntaba como parte de la autoría a Guillermo Aparicio Lara alias el “Willy” y/o el “Zeta 34”.
Este sujeto fue detenido la noche del 27 de julio de ese año en Playa del Carmen y fue identificado como parte integral del núcleo de “Los Zetas” en la Riviera Maya. El día de su detención juró venganza y 20 días después se llevó a cabo el asesinato de Manuel Jesús López Kantún.
Cabe señalar que Manuel Jesús López Kantún tenía 42 años, asumió el mando como subdirector de la policía municipal de Solidaridad el pasado 10 de abril con la misión específica de combatir el narcomenudeo y el trasiego de enervantes, por esa razón había recibido numerosas amenazas de muerte, su escolta José Alfredo Gordillo Maldonado tenía tres años en la corporación y era asistente del segundo oficial en rango del municipio.
Ambos recibieron más de 40 tiros, entre ellos el tiro de gracia, puesto que los sicarios tuvieron tiempo de actuar y huir. En todo momento fueron protegidos por las autoridades policíacas. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

“Comandante Suri, astuto y sanguinario”, publican

Es Javier Corza Gutiérrez (a) “Suricato” o “Comandante Suri” el nombre del jefe de la plaza de “Los Zetas” que hizo de Playa del Carmen su más activo centro de operaciones. Y a quien se le señala como responsable de la ejecución del subdirector de la policía municipal de Solidaridad, Manuel Jesús López Kantún y de su escolta José Alfredo Gordillo Maldonado, en agosto del 2008.
Sanguinario y astuto, encabeza directamente sus operativos. Ya sea desde la más amplia red de chantajes y extorsiones, como los “levantones” y secuestros, que se han multiplicado contra empresarios, propietarios de restaurantes y bares.
Pero aún más, diseña, opera y comete las ejecuciones, que sean decididas en el marco de las actividades delictivas que conduce en Playa del Carmen.
Y también de cualquier negocio que le represente al crimen organizado un jugoso ingreso por más turbio que sea. Se dice que gusta de trasladarse por su cuenta en un solo vehículo, tanto en Playa del Carmen como Cancún.
Se le define como capaz de todo, y de ahí la acusación en su contra como el responsable de la sangrienta ejecución del subdirector operativo de la Policía Municipal Preventiva de Playa del Carmen, Manuel Jesús López Kantún.
La impunidad que rodea esa cruel ejecución cometida a plena luz del día prevalece. Porque el doble asesinato ocurrió cuando el subdirector salió de su casa a bordo de su patrulla rumbo a las propias instalaciones de Seguridad Pública Municipal de Playa del Carmen. Pero hubo alguien que lo llamó a su celular.
Y eso arrojaron las primeras investigaciones porque el subdirector se había retirado de las instalaciones de Seguridad Pública, en donde habían realizado en horas de la mañana una práctica previa a los festejos del 15 de septiembre.
Había acudido con su chofer a su casa para disponerse a desayunar, lo cual no realizó, porque cuando se disponía a hacerlo, fue llamado de nuevo y salió de su casa.
Estaba acompañado por su chofer José Alfredo Gordillo Maldonado.
Pero no llegaron muy lejos, en una esquina fueron emboscados y acribillados a balazos con armas de grueso calibre. Y ahí mismo murieron.
Esta doble ejecución quedó impune en la memoria de sus compañeros policías y de los habitantes de Playa del Carmen, como hasta la fecha.
De esta sanguinaria ejecución se le responsabiliza al “Comandante Suri” de quien se sabe tuvo en Playa del Carmen su mayor centro de operaciones delictivas al amparo de numerosos subordinados y con la complicidad de elementos policiacos de los tres niveles de gobierno.
Lo más grave es que toda la información que se dio a conocer por Luis Alfredo Aparicio Lara, y que consta en las declaraciones realizadas ante la Procuraduría General de Justicia del Estado y de la misma delegación estatal de la Procuraduría General de la República (PGR) ya se había filtrado en el bajo mundo del crimen organizado, sin que ninguna autoridad reaccionara para castigar a los responsables de la doble ejecución del subdirector de la policía municipal de Playa del Carmen y su chofer. Lo que hasta ahora sigue impune. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

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