PLAYA DEL CARMEN, MX.- Por cuarta ocasión la obra de ampliación de un restaurante que se ubica entre la Primera Sur y avenida 25, fue clausurada por carecer de licencia de permiso para llevarla a cabo, al tiempo que sobrepasó en un piso más la altura permitida que era de dos pisos, razón por la que se procedió a usar la fuerza pública para obligar a los constructores a pararla, ya que hicieron caso omiso a los sellos de clausura, informó Alfonso Durán, titular de la Dirección de Desarrollo Urbano.


La clausura de la obra negra que se supone será un restaurante bar, carece además de cajones de estacionamiento y en un tercer piso -que no está autorizado- donde se construye una palapa en la azotea, el desague de agua pluvial cae hacia otro predio, lo que afectará a terceros si no se corrige esto, indicó el funcionario.
Aseguró que esta es la primera vez que se hace uso de la fuerza pública para frenar una obra, ya que se ha sido muy tolerante con los constructores, pero tras incurrir cuatro veces en clausuras por falta de permisos, se tuvo que proceder de esta forma, apuntó Alfonso Durán.
Al proceder la clausura la mañana de ayer, el desarrollador, el arquitecto Valadés Buendía, quien asegura es subtesorero del Colegio de Arquitectos y afirma que la acción es ilegal, destacando que es una represalia por parte de la autoridad local por haber demandado a la directora de Desarrollo Urbano, Doris Aké, el funcionario negó que esto fuera cierto.
Por el contrario, expresó Durán que no es la primera vez que el arquitecto actúa de esta manera con el criterio de pedir perdón antes que permiso, ya que había tenido problemas similares cuando construyó el local de la zapatería Tres Hermanos el año pasado, ya que “él empieza a construir primero y después busca obtener los permisos”.
Agregó sobre el inmueble que el arquitecto Manuel Barreo es el encargado de la obra y es a quien en días pasados se le pidió que reforzara la cubierta de la azotea, al tiempo que se le exhortó a regularizar sus permisos y licencias para cumplir con la reglamentación y hasta la fecha no se ha presentado a tramitarlos a esta dependencia.
Dijo que cuando un desarrollo o constructora es reincidente, la Dirección de Desarrollo Urbano tiene la facultad de verificar que se cumpla con la reglamentación e incluso, si es necesario, está facultada la dependencia a pedir la presencia de la fuerza pública para hacer cumplir la normatividad.
Abundó que “el hecho de que se quiera incentivar las inversiones en la localidad, no significa que se violen los reglamentos y los Planes Directores de Desarrollo Urbano” y que en caso de persistir este problema y de continuar avanzando con la obra sin contar con los permisos, se pueden aplicar desde multas, sanciones y hasta ordenar la demolición del inmueble.
Cabe señalar que al momento de la clausura de la obra, el arquitecto Valadés Buendía insistió en la ilegalidad del procedimiento y aseguró que ya tenía la mayor parte de los papeles para obtener los permisos, al tiempo de acusar a la Dirección de Desarrollo Urbano de actuar con prepotencia y “secuestrar” a sus obreros al obligarlos a retirarse de la obra.
Asimismo, dijo que el problema era meramente administrativo e incluso cuestionó el profesionalismo de los directivos a cargo de la dependencia, cuestionando la preparación de Doris Aké, quien no terminó la carrera de ingeniería.
Por su parte, Alfonso Durán, quien es jefe inmediato de la funcionaria cuestionada, ya que ejecutó la orden de clausura, dijo que el presunto agraviado extendió una cortina de humo con estas declaraciones para justificar su proceder y actuar fuera de lo que marca la ley. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)

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