CANCÚN, MX.- Después de cuatro años de impunidad, el proyecto Península Cancún propiedad de los hermanos Bribiesca y protegido por el gobierno federal, ha sido frenado en la tercera etapa de la zona hotelera de este destino turístico.
La Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), paralizó la construcción de la segunda etapa del proyecto ante el recurso de revisión del mismo interpuesto desde el año pasado por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Cemda.
De acuerdo al oficio S.G.P.A./DGIRA/DG/7999/09 de la Semarnat, cuya copia obra en poder de los diarios POR ESTO!, se niega la autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental, MIA, y permisos de desmonte en la zona de Punta Nizuc a los promoventes del desarrollo turístico propiedad de los hijos de Marta Sahagún.
De manera textual, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental sostiene que el complejo turístico protegido desde finales del gobierno de Vicente Fox Quesada, violenta el entorno natural además que viola la Ley General de Vida Silvestre y pone en riesgo el ecosistema de manglar en dicha zona al intentar construir una torre de alta densidad urbana en un espacio donde se tiene una unidad de gestión ambiental 09, la cual no tolera cargas de edificación.
Cabe señalar que ésta no es la primera vez que Península Cancún se encuentra inmersa en ilegalidades e irregularidades. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a cargo de Patricio Patrón Laviada, protegió el proyecto a pesar de que se realizó una devastación considerable de manglar cuando se construyó la primera etapa del complejo condominal que ahora ya cuenta con una torre y áreas recreativas.
Asimismo, la DGIRA sostiene en el resolutivo donde niega los permisos y autorizaciones, que los desarrolladores en todo momento contemplaron construir sobre 13 mil 196 metros cuadrados, para construir una nueva torre con 13 niveles, sin embargo, esto no está permitido.
Lo anterior se debe a que los parámetros urbanos establecidos dentro del Programa de Desarrollo Urbano de Cancún, así como en el Programa Parcial de la Zona Hotelera, se especifica que no puede existir una carga de densidad dentro de la tercera etapa de la zona de playas.
El trabajo oportuno de Cemda
Desde el pasado 23 de abril del 2009, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) solicitó una consulta pública sobre el proyecto Península Cancún para establecer varias observaciones.
La principal de ellas, de acuerdo con fuentes oficiales del organismo ambiental, era la carga de densidad que tiene el proyecto en una zona consideraba como endeble al estar incrustada en un área de manglares.
El dato fuerte que utilizó Cemda dentro de la consulta pública para frenar el proyecto, fue que los desarrolladores no se apegaban al Programa Parcial de Desarrollo Urbano del polígono 88.8 hectáreas al sur de Punta Nizuc.
Dentro de este programa, de manera ilegal la administración del ex alcalde Francisco Alor Quezada otorgó un uso de suelo a Península Cancún diferente al que originalmente tenía el predio.
La ilegalidad consistía en que se aumentaba la densidad así como la altura de niveles en una zona donde no está permitido. El gobierno municipal en esa ocasión otorgó un uso de suelo denominado Turístico Hotelero 12, el cual es uso exclusivo para hoteles, mientras que el Programa Parcial del Polígono determinaba que esa zona tiene un uso de suelo Turístico Hotelero de Densidad Baja (TH1-C).
De manera textual, en sus observaciones Cemda sostiene lo siguiente: “El proyecto que se analizó, se encontraron discrepancias, en el sentido de que el Ayuntamiento Benito Juárez le otorgó un uso de suelo diferente al que tenía originalmente este predio, aumentando la densidad del Coeficiente de uso de suelo (CUS), la altura en niveles, además de que el promovente utiliza a conveniencia propia los parámetros urbanos y ecológicos como se especificó. Además incumple en la densidad y cajones de estacionamiento establecido en el cambio de uso de suelo. Se recomienda que el proyecto no se autorice como se establece en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), porque de ser así, resultaría Ilegal”.
Con esta observación, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental logró que la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) revisara el proyecto y al final determinara suspenderlo.
Así, Península Cancún quedó frenado ya que no puede construir como originalmente se había establecido, según los intereses de sus propietarios.
En un recorrido realizado por los Diarios POR ESTO! en los alrededores del proyecto, se pudo observar el daño ocasionado al mangle, a raíz de la primera construcción que fue edificada bajo la corrupción y la impunidad otorgada tanto por la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Aunado a esto, existe maquinaria detenida y montículos de material de construcción que iban a ser utilizados para iniciar el proyecto en este año, sin embargo, con la notificación de la DGIRA mediante el oficio S.G.P.A./DGIRA/DG/7999/09 presentado apenas la semana anterior como resolutivo de la Semarnat, los desarrolladores de Península Cancún no pueden construir en esa zona.
La ilegalidad
Con el nombre de Residencial Punta Nizuc, la empresa Península de Cancún S.A. de C.V., la misma que ampararía diversos proyectos inmobiliarios en Quintana Roo a favor de los hermanos Bribiesca, hijos de la ex primera dama Martha Sahagún de Fox, inició un trámite ante la Semarnat para avalar la construcción de un edificio de condominios en la zona hotelera de Cancún, precisamente en Punta Nizuc, donde ya iniciaron la construcción de un polémico complejo condominal que es ampliamente conocido con el nombre de Península Cancún.
La Manifestación de Impacto Ambiental de este proyecto fue presentada el pasado 18 de febrero del 2009 con la clave 23QR2009T0007 y, aunque el documento no ha sido puesto a disposición del público para su consulta, en la Gaceta Ecológica número 9 se especificaba que el proyecto “consiste en la construcción de un desarrollo vertical de departamentos en un predio de 13 mil 196.77 metros cuadrados, el cual está compuesto por un edificio de 13 niveles con 46 departamentos, 4 penthouses y un mezannine, estacionamiento, una alberca y pérgolas”.
Sin embargo, el lugar señalado por esta nueva Manifestación de Impacto Ambiental para llevar a cabo este proyecto, en el kilómetro 23.5 del boulevar Kukulcán, es el mismo que en el pasado ha sido el centro de una controversia porque, en su momento, los desarrolladores no sólo devastaron y rellenaron todo el manglar de ese predio, sino que habrían empezado a construir sin tener sus permisos en regla.
La historia de corrupción
Las redes de corrupción y tráfico de influencias de los hermanos Manuel y Jorge Bribiesca Sahagún con el actual gobierno federal en este destino turístico, quedaron al descubierto mediante el proyecto condominal denominado Península Cancún, el cual hasta el mes pasado contaba con el amparo de estancias federales para construirse, tal y como se hiciera hace dos años con un desarrollo similar en Puerto Vallarta, Jalisco, propiedad de los hijos de Marta Sahagún, esposa del ex presidente Vicente Fox.
Pero ahí no concluye la extensión de los Bribiesca, ya que también han adquirido terrenos en la zona intercontinental de Isla Mujeres, para poder construir lo que lleva por nombre Península Mujeres, al igual que predios en Puerto Morelos para edificar un conjunto condominal.
Estos tres proyectos en total suman una inversión de más de 65 millones de pesos, ya que los “representantes” de los hermanos Bribiesca obtuvieron los predios a precios irrisorios ante las facilidades que en su momento otorgó el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) para realizar las operaciones.
De hecho, la dependencia, en ese entonces encabezada por John McCarthy, dio entrada libre a los precios que manejaron los hijos de la esposa del ex presidente de la República, a través de su representante en Cancún, Alejandro Báez Meza, y por medio de la agencia inmobiliaria Lemmus InverMéxico Real State de Miguel Angel Lemmus Matus.
El caso del desarrollo inmobiliario Península Cancún data del 2005 cuando Fonatur vendió el predio ubicado en el kilómetro 23.5 de la zona hotelera a Alejandro Báez Meza, quien funge como representante del corporativo Residencial Península S.A. de C. V. Además, Báez Meza aparece como socio directo de José Felipe Tomé Velázquez, quien ya ha sido exhibido públicamente por medios de comunicación a nivel nacional, como el principal prestanombres de Marta Sahagún.
Para poder adquirir los terrenos, el representante de los Bribiesca en Cancún, entró en negociaciones directas con el encargado de la oficina de Fonatur en la ciudad, Ricardo Alvarado Guerrero, para discutir sobre todo los pormenores del precio al que se vendería el metro cuadrado de los terrenos.
Alvarado Guerrero en ese entonces, tenía la orden de John McCarthy de dar todas las facilidades a la transacción, ya que se trataba de un encargo de arriba, según revelaron fuentes oficiales de la propia dependencia que aún se mantienen dentro de la paraestatal.
Tras días de negociación, Fonatur fijó el precio: 4,319 pesos por metro cuadrado, lo cual significaba una bagatela, considerando que actualmente el proyecto se comercializa en aproximadamente 2 mil dólares el metro cuadrado, lo cual significa que se quintuplicó el precio del lugar. Lo que se pretendía construir era cuatro torres con 12 pisos cada una, además de tener una zona para gimnasio, spa, centro de negocios y hasta un área de jardines tropicales, muy similar al proyecto que se tiene en Puerto Vallarta. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)