CANCÚN, MX.- Confirmado. Fueron más de 20 hectáreas de áreas verdes las que devastaron en la parcela 165, a la altura del kilómetro 316 de la carretera federal Cancún-Puerto Morelos.


Luego de la clausura que hizo ayer la Dirección de Ecología municipal, se comenzó un proceso jurídico. La titular de la dependencia, Graciela Saldaña Fraire, lamentó lo ocurrido en el ecosistema que existía en esa parcela, propiedad de la familia Arceo González, ya que aunque se vuelva a reforestar, el daño es irreversible.
Dijo que los predios están ubicados entre los kilómetros 316+200 y 316+700, los cuales ya estaban en un proceso resolutivo porque ya se habían colocado sellos de clausura y fueron retirados, ahora son “reincidentes” y acreedores a multas muy altas por la violación.
Las revisiones en la parcela continúan por parte de la dirección municipal para verificar el daño real de la flora, fauna y el impacto en el equilibrio ecológico.
El predio en donde se escuchaba la maquinaria pesada golpear el suelo, ahora se convirtió en un cementerio. Las plantas, árboles y hasta fauna salvaje que habitaba ahí, han muerto o se han ido.
En la entrada principal de la parcela de 100 hectáreas fue colocada una patrulla para evitar que los responsables entren a llevarse la maquinaria pesada que fue inmovilizada.
La zona acordonada será verificada constantemente para evitar que se violenten los 25 sellos que fueron colocados la noche del miércoles por la autoridad municipal.
Hasta el momento el responsable de la obra no ha emitido alguna declaración y tampoco algún miembro de la familia Arceo González.
“Es un predio que no cuenta con los permisos de Ecología y que desmontó en este momento más de 20 hectáreas y evidentemente no tienen permiso para hacerlo”, informó Saldaña Fraire durante una entrevista con Novedades de Quintana Roo.
Vamos a entrar a fondo, (los responsables) tienen 10 días para poder entrar en la revisión y posteriormente tendrán una sanción alta, advirtió la funcionaria.
Con un tono pausado, la también bióloga reiteró que son daños en el ecosistema en general, por lo que se pusieron nuevamente los sellos de clausura.
La inspección municipal en la zona es para determinar el tipo de flora y fauna que fue arrasada y si están protegidas por la norma 059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Esa norma determina las especies y subespecies de flora y fauna silvestre terrestre y acuática en peligro de extinción, amenazadas, raras y las sujetas a protección especial, que establece especificaciones para su defensa.
En la publicación del pasado martes se informó que el área verde de la parcela 165 que pertenece al ejido de Puerto Morelos era devastada por maquinaria pesada que extraían piedra, tierra y sascab de manera ilegal.
El comisariado ejidal informó en su momento que la familia Arceo González presentó un contrato que había celebrado con un particular para explotar unas 20 hectáreas de la parcela 136 y no de la 165, que es donde llevaron a cabo la explotación. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)

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