CANCÚN, MX.- “Yo no estoy en venta”. Con esa frase por delante, el Centro Integral para la Atención a las Mujeres Maltratadas (CIAM) y el Observatorio para la Violencia de Género en el municipio de Benito Juárez, lanzarán mañana una campaña informativa para evitar que infantes y adolescentes caigan presas de las redes de trata de personas en Cancún, Riviera Maya y Chetumal.
La iniciativa, a presentarse oficialmente en esta ciudad, busca dotar de herramientas a las y los menores de edad para blindarlos de ser “enganchados” en redes de pornografía y explotación sexual o trabajo forzado; si cayeron ya, la meta es que sepan a quiénes acudir y qué hacer para salir de la problemática.
El Ciam encabezado por la periodista, Lydia Cacho, y el Observatorio, por su directora, Celina Izquierdo, indicaron que Quintana Roo ocupa la primer posición entre los estados que concentran 90 por ciento del fenómeno de trata de personas, por encima de Yucatán, Jalisco, Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
El dato está contenido en un reciente estudio encargado por la Secretaría de Turismo (Sectur) denominado “Trata de personas en el sector Turístico” -publicado ayer por EL PERIÓDICO- que habla sobre dicho fenómeno delictivo, cómo opera y quiénes están involucrados, en Cancún-Riviera Maya, Puerto Vallarta y Acapulco.
Como parte de la presentación preliminar de la campaña, se exhibió uno de los videos de sensibilización y concientización que la integran, cuyo guión fue elaborado por adolescentes y jóvenes, “en un ejercicio de pluralidad”, dijo Cacho Ribeiro.
En él se escucha decir a niñas y niños, a jóvenes, que “alguien” quiere hacer de ellos un producto que se pone a la venta; se explica que se trafica con mujeres que provienen de Argentina, Colombia, El Salvador, Estados Unidos o Croacia, por ejemplo.
Que se les “engancha” a través de ofertas de trabajo publicadas en periódicos locales o mediante el facebook y que los pederastas o consumidores cada vez exigen que sus víctimas sean más y más jóvenes.
Se indica que la trata de personas es la tercera fuente de ingresos más alta, por debajo del tráfico de armas y de drogas, y que es equiparable a la esclavitud.
“El turismo sexual es inaceptable. El mensaje es muy claro”, se escucha a Cacho Ribeiro, cuando sale a cuadro para decir “nuestros hijas e hijos no están en venta”.
Al final, infantes, adolescentes y jóvenes que participaron en el video, reiteran el slogan de la campaña “Yo no estoy en venta”.
En conferencia de prensa, acompañada por Izquierdo Sánchez, enfatizaron el carácter educativo de esta campaña, cuyo fin no es la denuncia, sino la información como herramienta preventiva, lo que la torna diferente a estrategias anteriormente aplicadas aquí.
La directora del Observatorio para la Violencia de Género, enfatizó la importancia de hacer alianzas poderosas con los medios de comunicación, para explicar adecuadamente los alcances de la campaña, evitando estigmatizar y propiciar “la normalización” de la trata de personas.
Esta actividad se define como el delito en que incurre quien promueva, solicite, ofrezca, facilite, consiga, traslade, entregue o reciba para sí o para un tercero, a una persona, por medio de violencia física o moral, engaño o abuso de poder para someterla a explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas análogas a ésta, servidumbre o extirpación de un órgano, tejido o sus componentes.
La activista y la académica coincidieron en que el fenómeno de la trata de personas es complejo y su tipificación como delito, reciente.
La cifra negra es muy alta y en su comisión participa toda una cadena de personas relacionadas con la industria turística, pasando desde los taxistas, como “enganchadores”, hasta llegar a los hombres de negocios, como principales consumidores.
“El caso de Cancún es muy diferente al de Acapulco o al de Vallarta; aquí la población no reconoce el fenómeno y no todos los sectores están involucrados. No hay aún una ‘normalización’ de la trata”, explicó Celina Izquierdo.
Cacho Ribeiro respondió que esperan crear, a partir de esta campaña, alianzas con la sociedad, los empresarios, los gobiernos y autoridades, pese a que dentro de cada sector existan involucrados en alguna de las modalidades de la trata de personas. (Fuente: El Periódico)