No basta que Roberto Borge haya despedido a Manuel Jesús Cícero Salazar, como subsecretario de Seguridad Pública en la zona norte.
El Mandatario estatal se quedó muy corto si pretendía resarcir, con su despido, el daño que provocó Cícero, que es del grupo compacto del aún titular de la Secretaria Estatal de Seguridad Pública (SESP), Carlos Bibiano Villa Castillo.
Cícero Salazar debió de ser detenido y ya debería estar sujeto a proceso, por las lesiones a dos trabajadores y un agente de Tránsito, y por poner en riesgo a cientos de ciudadanos, cuando estuvieron a nada de intercambiar disparos sus escoltas con agentes de la Policía Preventiva Municipal (PPM).
Simplemente Borge no tuvo el valor de proceder contra este militar, que no le quedó más remedio que agachar la cabeza al protagonizar, en estado de ebriedad, tremendo escándalo en la zona del crucero.
Sin embargo, hay por lo menos tres denuncias presentadas ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
A ver si ahora “Beto” corrige y lleva a juicio a Cícero y sus compinches.
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