PLAYA DEL CARMEN, MX.- La persona ejecutada el domingo y arrojado su cuerpo en un paraje solitario, fue identificada por su hermana con el nombre de Erick Rodríguez Montero de 35 años de edad, originario de la ciudad de México, trabajaba como chofer, quien reclamó el cuerpo para darle cristiana sepultura.


Alrededor de las 10 de la mañana de este martes, Elizabeth Rodríguez Montero de 34 años de edad, se presentó a las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) para reconocer oficialmente el cadáver de su hermano, porque lo había identificado en las fotos publicadas por los periódicos.
En su comparecencia ante el Ministerio Público del Fuero Común (MPFC), Elizabeth Rodríguez Montero manifestó que su hermano era soltero, vivía en el fraccionamiento Galaxia II, y trabajaba como chofer, sin precisar el nombre de la empresa. Después de cumplir con los requisitos de ley, se le entregó el cadáver de quien en vida llevara el nombre de Erick Rodríguez Montero.
En su edición de hoy lunes, este diario informó que en lo que parece una ejecución del crimen organizado, una persona que se encuentran en calidad de desconocida fue brutalmente asesinada con golpes contusos en la cabeza, ocasionándole exposición de masa encefálica; posteriormente su cuerpo amordazado, y envuelto con sábanas y toallas fue arrojado en un paraje solitario cercano al fraccionamiento “Las Palmas” al norponiente de la ciudad.
Alrededor de las 10:30 horas del domingo, personal de vigilancia privada del fraccionamiento “Las Palmas” que realizaba su recorrido de vigilancia, al final de la avenida 140, a aproximadamente un kilómetro al norte de la avenida Constituyentes, hallaron en la orilla del camino, semioculto entre un montículo de piedras y la hierba, un cadáver envuelto con una sábana color azul, procedieron a dar parte al número de emergencias 066.
Por las características del sangriento asesinato, se presume que fue cometido por el crimen organizado, debido a que la persona fue ultimada con saña, amordazada con las manos hacia atrás y los pies, con una cuerda de plástico, y finalmente arrojado en un en un paraje solitario cercano al fraccionamiento “Las Palmas” al norponiente de la ciudad. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

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