CANCÚN, MX.- Para esta temporada de springbreakers se espera recibir un promedio de alrededor de 40 mil jóvenes con edades comprendidas entre los 17 y los 21 años, en su mayoría de Canadá y Estados Unidos, aunque también arribarán, en mucha menor proporción, estudiantes de otros países de Latinoamérica.
Recepcionistas y gerentes de algunos hoteles especializados en este segmento turístico, entre los que se encuentran el Krystal, Oasis, Gran Caribe Real, Omni y Cancún Palace, coincidieron en manifestar que el perfil de estos jóvenes ha repuntado en lo que respecta a su poder adquisitivo.
Felipe Andrade Cortés, subgerente de operaciones de uno de estos centros de hospedaje, expresó que hace algunos años el segmento de springbreakers apenas realizaba gastos fuera de los hoteles, al llegar bajo el régimen del “all inclusive” tener prácticamente todos los servicios contemplados en los paquetes, hasta el punto de que en muchas ocasiones las entradas a las discotecas también se encontraban incluidas.
“Ahora la situación ha cambiado y pese a que en Estados Unidos aún no se recuperan de la crisis, el año pasado el gasto promedio de un springbreaker osciló entre 500 y mil 500 dólares durante una estancia de cuatro a ocho días, lo que representa un significativo repunte en la derrama económica que deja este segmento”.
Fuentes de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAT) ratificaron las declaraciones del subgerente de operaciones, al expresar que en años anteriores el gasto promedio de un estudiante norteamericano no era superior a los 300 dólares por un lapso de permanencia entre cuatro y seis días, lo que representaba alrededor de 60 dólares diarios, que se invertían en comidas rápidas consumidas en restaurantes especializados en este tipo de servicios y algunas cervezas que adquirían cuando salían a pasear fuera de los hoteles en los que se hospedaban.
En tanto, la Oficina de Visitantes y Convenciones (OVC) estimó que para esta temporada se espera la llegada de un promedio de 40 mil jóvenes estudiantes norteamericanos y canadienses, cuya estadía promedio oscila entre cinco días y una semana.
“El problema es que muchos de ellos no tienen edad legal para tomar en su país pero aquí sí pueden y como no están acostumbrados, enseguida se les suben las copas y hacen todo tipo de locuras, desde atravesar la carretera sin mirar, con el riesgo de ser atropellados, hasta querer llevarse mercancía sin pagar; hay policías, pero no son suficientes para vigilar bien todo el área, es necesario que vengan refuerzos lo antes posible”, expresó Carolina Meneses Batum, empleada de un local de artesanías cuyo negocio permanece abierto hasta tarde, debido a que es cuando por lo general las ventas suben. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
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