La luz llegó del norte. Chihuahua nos ilumina. Entonces me pregunto: ¿no debió el PRD en Quintana Roo promover la alianza electoral con el PRI y ahorrarnos tantos pleitos y vergüenzas? Una coalición como aquella: todos unidos contra el PAN, que esta ninguneado por la voluntad ciudadana nacional y, por lo tanto, a la baja.

Aunque hemos dicho, sólo para decirlo, que el PRI y el PAN son los mismo, éste es el más conservador entre los conservadores y la izquierda la más liberal entre las progresistas; el agua y el aceite ¿qué no?

Con un acuerdo a la chihuahueña se canalizaría de manera positiva el caudal de energía y recursos desperdiciados hoy en ese pleito que ya parece personal entre el Presidente Municipal de Benito Juárez y el titular del Ejecutivo del Estado. Se obviarían los vergonzosos dimes y diretes que a diario están, con diferentes fajadores, en radio, periódicos y la tele.  A todos nos desgastan el ánimo y la ciudadanía pierde.

Los medios de comunicación tendrían más fácil su tarea: nada de torceduras argumentales ni preferencias ocultas. Los resultados electorales por venir no se irían a tiempos extras y el ejercicio de gobierno, en todos sus niveles, reflejaría abiertamente la pluralidad democrática y liberal multicolor sin tener que forzarla por presiones de poder, conveniencias privadas o amistades de temporada.

Gobernabilidad. Esa estaría garantizada: la necesaria gobernabilidad.

Ni modo que el PT, el Panal, el Verde y el PMC no jalen, incluyendo a sus respectivos aliados, líderes sociales y personalidades mediáticas. Es más, se me hace que hasta se sumarían los de Morena. Todo el universo político liberal -la verdadera y completa izquierda de México-  unido para cerrar el paso a la derecha conservadora y confesional.

¡Lástima! Lo dejamos pasar como la gran oportunidad de hacer el parteaguas. ¡Demasiado tarde, chihuahua! La luz del norte no llegó a tiempo y aquí faltó la altura de miras, la grandeza ideológica y la agudeza pragmática para pensarlo antes y tomar la delantera histórica. Nadie en el campo de los buenos se salva de la pifia: el PAN gana. Se cerraron los plazos para manifestar legalmente las intenciones de ir en coalición y las cartas que se presentaron van erradas.

Tendremos que sufrir, entonces, el infierno de la competencia rasposa entre contendientes equivocados o asumir el trago amargo de los acuerdos parciales inconfesables, por el bien de la comunidad, en la mesa chiquita.

Concédanme la ironía. Pero no tanto.

26 marzo 2013

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