Los padres relatan los momentos más amargos que enfrentaron con el secuestro virtual de su hija, por la que exigieron un millón de pesos, por el crimen organizado que ha metido las manos de lleno en Cancún y ha causado graves atentados contra la seguridad de numerosas familias cancunenses.
El padre de la menor explicó que “el jueves 20 de junio, sufrimos el secuestro virtual de nuestra hija, mediante una extorsión telefónica. No queremos que esto vuelva a sucederle a ninguna familia y por ello compartimos los datos que creemos son importantes para evitarlo”.
“A las 11:30 realizan una llamada telefónica a la casa, preguntando por la persona a la que está registrada la línea (con ello sabemos que fue una llamada totalmente al azar), mi hija contestó y les dice que ahí no vive, y le preguntan si hay una persona mayor de edad en ese momento. Y les dice que estaba con su mamá, pero en ese momento se está bañando, para hacerles saber que no estaba sola”.
“Fue que en ese momento le dicen que es una llamada muy importante y muy seria debido a que tienen detectado que de nuestro teléfono se realizó una denuncia la noche anterior, hacia el grupo delictivo al que ellos pertenecen. Y la obligan a apagar todos los celulares de la casa. Cabe mencionar que su celular estaba descompuesto y no había otro en casa. Entonces le dicen que está por llegar a la casa un comando armado para entrar y revisar. Que ellos saben que somos una familia de bien, pero necesitan verificar la línea y confirmar que nosotros no tenemos nada que ver. Y para protegerla, necesitan que se vaya a una plaza comercial hasta que todo termine”.
“En la misma llamada telefónica y para estar en comunicación con ella, le piden que vaya a comprar un celular en el minisuper de la esquina y que regresara a la casa para darles el número y que no cuelgue el teléfono para no cortar la llamada. Porque la gente de ellos -los que llamaron-, la está observando y siguiendo para que no cometa ningún error y que no hable con nadie, porque en ese momento la lastimarían por no obedecer”.
Cuando nuestra hija “regresa a la casa, ellos le piden el número de celular”.
Y aquí comienza el calvario. Porque, “a partir de ese momento no dejan de hablarle. Le piden que busque dinero y se lo lleve a la plaza comercial por si necesita pagar algunas cosas. Le piden que tome un taxi y que no vaya a una plaza cercana a la casa. Por lo que decide ir a -plaza Las Américas-. Y una vez ahí, le piden que se vaya a un lugar con poca gente para que no la escuchen, porque la van a comunicar con sus papás. Le indican, lo que tiene que decir y amenazándola de no equivocarse”.
Fue así que contactan a sus padres, “me hacen una llamada a las 13:20 de tres vías -llamada tripartita-, en un celular estaban ellos, en el otro celular estaba mi hija y el mío. “Al contestar me dicen que me va a hablar una persona y se escucha claramente la voz de mi hija diciéndome: -papi, están conmigo unas personas, están armadas y te están buscando”.
El miedo fue inmenso y el temor aumentaba con cada palabra.
“Y ellos me comentan que ahora que ya escuché la voz de mi hija y que ya tienen conocimiento del resto de la familia. Y me dicen sus nombres. Que no pregunte por qué a mí, pero que me tocó, me piden un rescate de un millón de pesos si quiero volver a verla viva. Les digo que me es imposible conseguir esa cantidad y me dicen que consiga lo que pueda en una hora..!”
El padre de la joven relata que “ellos no dejan de llamar a mi celular para impedirme comunicar con otra persona. A mi hija le piden busque un ciber-café, para que se quede ahí mientras se soluciona todo el papeleo y que ya hay gente en la plaza vigilándola, que no se meta a redes sociales ni hable con alguien, porque le pueden disparar..!”
“En ese momento yo estoy 100% seguro que era la voz de mi hija y les hago un primer depósito en una cuenta de Banamex de lo que pude sacar del cajero. Entonces hablo con un familiar que me apoya con otro depósito a una cuenta de Bancopel. Ellos no dejan de estarme presionando con sus llamadas cada 5 minutos y dejándome en la línea por largo tiempo, amenazándome de hacerle daño si no les depositaba más dinero”.
Mientras tanto “algunos amigos se enteran y comienzan a pedir apoyo y recomendarnos especialistas en investigación. En un principio no hago mucho caso de esto por estar convencido de tratarse de un secuestro real y no virtual por haber escuchado a mi hija y no voces fingidas”.
“Afortunadamente ellos solicitan ayuda profesional y los especialistas nos explican de que se trata, nos dicen que es una nueva forma de realizar los secuestros virtuales y que mi hija debe estar en alguna plaza, hotel o caminando en la calle y que no depositemos más dinero porque seguirán pidiéndonos y tardarán más tiempo en soltar a mi hija”.
“En ese momento los amigos que estaban enterados, inician la difusión por redes sociales y mucha gente amiga sale a buscarla, gracias a ello recibimos información como a las 6:45 de la tarde que vieron a mi hija en plaza -Las Américas-. Y que al llegar a sacar copias con su foto a un ciber-café, nos confirman que estuvo más de 4 horas sentada en una computadora y que tenía poco tiempo de haber salido”.
Entonces, “en ese momento recibimos ayuda directa de los elementos de la Procuraduría General de la República (PGR) y unos agentes inician la búsqueda y se suman elementos de la Dirección de Protección Civil, de la policía”.
S
ólo que mientras tanto “a mi hija, le dicen que se complicó el trámite con los jueces y que es necesario que tome un taxi y se dirija a Playa del Carmen”.
“Ella lo hace y durante todo el camino los sujetos que operaron la extorsión, le van hablando y dando indicaciones. Y al llegar a Playa del Carmen, antes de bajarse del taxi, mi hija le toma el celular a la conductora de la unidad y le marca un número que no les había dado a los sujetos que la mantenían amenazada y le pide a ella marcarlo. Para que informe o reporte en dónde la había dejado. Sólo que la mujer-taxista no entiende lo que estaba ocurriendo.
Las horas pasan y, “es hasta el siguiente día que la mujer -taxista ve una foto de mi hija y llama al celular de la foto y menciona lo sucedido, al darnos el número estamos 100 por ciento convencidos de que ella sigue sola y atada solamente a un celular”.
Sólo que mientras tanto, “cuando ella bajó del taxi le indicaron que ubicara un minisuper, para preguntar por un hotel económico para que pueda pasar la noche”.
“Posteriormente la hacen comprar tarjetas telefónicas de tiempo-aire para los teléfonos de donde le marcaban, que compre algo de comer y que se fuera a rentar un hotel”.
Una vez instalada en el cuarto, “le piden que encienda la televisión para que ellos puedan escuchar que no abandona el cuarto. Y durante toda la noche la dejan con la llamada en línea, dejándola dormitar unas horas”.
Mientras eso ocurre en Playa del Carmen, en Cancún los padres prosiguen la búsqueda, “durante la tarde nos comunicaron en dos ocasiones con nuestra hija, una estando ella en Cancún y otra cuando ya estaba en el hotel de Playa”.
Y “a las 2:40 de la madrugada del 21 de junio, recibo una llamada de una persona distinta, pero de los mismos teléfonos y comenta que es el jefe, que acaba de llegar de Estados Unidos y se está enterando de los errores que han hecho sus gentes, que a partir de ese momento él toma el control y que las migajas, (el dinero) que le deposité me las regresarán a la puerta de mi casa, pero que necesita la cantidad inicial, de un millón de pesos, para las 9 de la mañana, de lo contrario no vuelvo a ver a mi hija..!”
“Asustado todavía pero con la asesoría de los especialistas, le comento que me es imposible juntarlos, que me dé más tiempo y dice que a las 9 de la mañana del día siguiente, me estarán marcando”.
“Eran las 6:45 de la mañana, cuando me marca el sujeto que el día anterior me había estado hablando y me dice que su jefe se emborrachó y por eso me había llamado pero le pidió que ya terminara esto y me daban oportunidad para juntar lo más que pudiera y depositárselos antes de las 11 de la mañana”.
Sólo que en ese lapso, “a las 8 de la mañana, recibimos la noticia de la conductora del taxi, que trasladó a mi hija a Playa del Carmen”.
“Y en ese momento se van los agentes policiacos y un grupo de amigos a Playa del Carmen a iniciar la búsqueda y nosotros nos vamos a la Procuraduría General de la República, en donde nos apoyan con agentes especialistas en caso de secuestro y extorsiones. Y se refuerza la búsqueda e identificación del número celular al que le hablaban a mi hija”.
“Más tarde recibo nuevamente la llamada a las 11 de la mañana y me preguntan cuánto pude juntar. Les comento que sólo pude conseguir unos 6 mil pesos y me dicen que vaya al minisuper y que compre tiempo aire para unos celulares y al terminar me entregan a mi hija”.
Sólo que “en ese momento logran identificar el celular que traía mi hija y aprovechando que la llamada de los secuestradores se cortaba por lapsos de algunos segundos, entra la llamada de los agentes policiacos y mi esposa puede hablar con ella, explicándole de lo que está pasando y ella le dice que le pidieron tomar un taxi para que regresara a la casa. Mi esposa le pide que se quede en un colegio de Playa del Carmen en donde había amistades nuestras”.
Y entonces “cuando estoy comprando 3 mil pesos de tiempo aire, me avisaron que ya tuvieron contacto con mi hija y no hago la compra. Inmediatamente nos vamos a Playa del Carmen por mi hija, a la que encontramos, y termina la pesadilla..!”
Los padres de la joven Natalia, agregaron, que “fue un evento muy doloroso para toda mi familia, amigos, conocidos y demás gente que se unió con lo que cada quien podía apoyar. Todo ello contribuyó para que hoy estemos juntos otra vez. Agradecemos todas las oraciones, preocupaciones y lágrimas que gracias a Dios y a la Virgen de Guadalupe hoy son besos, abrazos y felicidad. Gracias muy especiales a las autoridades federales, estatales y municipales que hicieron una labor invaluable con el despliegue de los cuerpos de seguridad que desinteresadamente nos apoyaron en todo momento y que de manera personal estuvieron en comunicación con nosotros”.
Pero lo más importante, es que “esto no puede quedar en una mala experiencia, por ello lo compartimos, porque no puede volver a suceder, queremos evitar que otra familia pase por esto, necesitan tener mucha comunicación con toda su familia y empleados, tengan identificadores de llamadas, no contesten llamadas de extraños, traten de conservar la calma y apoyarse en alguien de su confianza para no estar solos, marcar al 066 y 086 inmediatamente y sobretodo seguir unidos como sociedad, tenemos una fuerza que desconocemos y no valoramos, en el momento que estemos unidos por un mismo fin, lograremos heredar a nuestros hijos lo más preciado que un ser humano puede tener, seguridad y libertad”. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)