CANCÚN, MX.- A un año de la detención de Rubicel Leyva Sánchez, peligroso “pollero” y extorsionador, familiares de dos de sus víctimas continúan buscando a los agraviados, quienes bajo engaños le pagaron al ahora detenido poco más de 150 mil pesos para que éste los llevara a los Estados Unidos.
Los angustiados familiares afirmaron que a pesar que ya se enfrentaron a Leyva Sánchez para cuestionarlo, éste simplemente guardó silencio y evitó dar información sobre el paradero de Unésimo Hernández García, de 39 años de edad y Javier Arevalo Domínguez, de 26 años.
Por si esto fuera poco, los agraviados se enfrentan a otro problema, pues Leyva Sánchez, actualmente recluido en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún, sólo se encuentra acusado por extorsión, por lo que los próximos meses podría recuperar su libertad con el pago de una pequeña fianza.
Para buscar el apoyo de las autoridades de los tres órdenes de gobierno y denunciar públicamente el “calvario” por el cual están pasando, familiares de Unésimo Hernández García, de 39 años de edad y Javier Arevalo Domínguez, de 26 años, acudieron a las instalaciones del POR ESTO! de Quintana Roo.
Angustiados, los denunciantes afirmaron que ya se cumplió un año desde la última vez que vieron a sus familiares, quienes fueron engañados por Rubicel Leyva Sánchez, peligroso “pollero” y extorsionador, al cual le pagaron casi 150 mil pesos en efectivo cada uno y una camioneta tipo Windstar para que éste los llevara hasta los Estados Unidos.
A pesar que enfrentaron al delincuente para pedirle que diera información sobre el paradero de las dos personas, Leyva Sánchez simplemente decidió callar, por lo que desconocen si sus consanguíneos se encuentran vivos, en México o si están bien en algún lugar de la frontera.
Señalaron que aunado a la desaparición de los dos jóvenes, viven con el temor de que el delincuente pronto recupere su libertad, pues hasta el momento la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) sólo lo acusó por extorsión, por lo que sus abogados afirmaron que esto podría provocar que el sujeto recupere su libertad en los próximos meses.
Puntualizaron que desde un principio sabían que algo estaba mal y al no tener dinero no podrían hacer más para ayudarse, pues autoridades ministeriales y judiciales los obligaron a tan sólo interponer su denuncia por el delito de extorsión, bajo la averiguación previa 444/2012 por la extorsión en agravio de Javier Arevalo Domínguez, sin darles la oportunidad de fincar más responsabilidades al sujeto.
Del mismo modo, afirmaron que las autoridades estatales no han consignado el expediente por el delito de secuestro en agravio de Unésimo Hernández García, lo que propicia la pronta liberación del sujeto.
Con lágrimas en los ojos, los familiares pidieron a las autoridades simplemente a que los ayuden para dar con el paradero de sus familiares, para de esta evitar tener más confrontaciones con el peligroso sujeto, el cual bajo amenazas, antes de su detención, intentaba extorsionarlos por más de 50 mil pesos.
Antecedentes de Leyva Sánchez
Rubicel Leyva Sánchez, de 43 años de edad, fue detenido el pasado 26 de diciembre del 2012 por elementos del Ejército Mexicano justo cuando intentaba cobrar una extorsión de 50 mil pesos en un domicilio de la Región 200, fraccionamiento Los Arrecifes.
Al momento de su detención, Leyva Sánchez intentaba cobrar la extorsión a los agraviados a cambio de que les dijera el paradero de Unésimo Hernández García, de 39 años de edad y Javier Arevalo Domínguez, de 26 años, a quienes días antes presuntamente había ayudado a cruzar la frontera hacialos Estados Unidos.
Con al menos 15 años de experiencia como extorsionador y “pollero”, Leyva Sánchez se daba la vida de magnate en México y Estados Unidos, quien después de defraudar a sus víctimas disfrutaba de vacaciones en Las Vegas, Nevada.
Leyva Sánchez aceptó contar con una amplia red de tráfico de indocumentados en este país y en Estados Unidos, sin embargo, negó pertenecer a algún grupo criminal.
En más de siete hojas de expediente criminal, Leyva Sánchez detalló su modo de operar, la cual consistía en conseguir clientes en Veracruz, Campeche, Mérida y Quintana Roo para llevarlos hasta Los Ageles, Chicago, Nevada o bien, abandonarlos en la frontera.
Con el dinero de las extorsiones, Leyva Sánchez llevaba a los ciudadanos en avión hasta la frontera, en donde abandonaba a aquellos que veía temerosos o se aventuraba a cruzarlos en diversos puntos de la línea divisoria, mismos que eran entregados a los “polleros americanos” y posteriormente abandonados a su suerte.
Alardeando sobre su “buen trabajo”, el peligroso sujeto aseveró que una vez realizado el negocio y sin quien lo denunciara, podía irse de vacaciones a donde quisiera, por lo que generalmente se hospedaba en hoteles de cinco estrellas o disfrutaba de noches de casino en Las Vegas, Nevada, en donde pasaba por lo menos cuatro días para después salir y conseguir más dinero. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)