PLAYA DEL CARMEN, MX.- A escasamente una semana de asumir el poder, al igual que el Gobernador y varios de los nuevos alcaldes priistas de Quintana Roo, Mauricio Góngora está tratando de tomar el control del Ayuntamiento de Solidaridad realizando ajustes y aligerando la nómina para lo cual ha decidido empezar por romper por lo más delgado: quitándole apoyos a las personas de la tercera edad.

Durante la semana pasada, una de las primeras decisiones que tomó la nueva administración fue cesar, al menos temporalmente, a las instructoras que trabajaban en la Casa del Anciano, dependiente del DIF, y que eran las encargadas de proporcionar actividades recreativas y dportivas a personas de la llamada tercera edad.

A los ancianos, se les dijo que ya no había presupuesto para pagar los sueldos de las personas que impartían actividades como tai-chi o zumba, entre otras, por lo que la única forma que éstas se siguieran impartieron era que los propios interesados, es decir, los adultos mayores, empezaran a pagar por las clases una “cuota de recuperación” de 15 o por lo menos 10 pesos por clase, porque ya no serían gratis.

De acuerdo a una denuncia hecha llegar a este medio, a los ancianos se les dio la “oportunidad” de ser ellos los responsables de conseguir apoyos o patrocinios para que el DIF pueda recontratar a las instructoras, es decir, se les dijo, que si no tenían para pagar, tendrían que conseguir que empresas u hoteles aceptaran patrocinar sus actividades aceptando pagar el sueldo de éstas.

Los ancianos que acuden a estas actividades del DIF son de escasos recursos y no pueden pagar por recibir clases, además dijeron que sí acudían a la Casa del Anciano era con la motivación de que su asistencia y participación en los programas de este organismo se les premiaba con seguir en la lista de las personas que cada mes reciben una despensa básica que les ayuda a su manutención.

Un grupo de personas de la tercera edad entregaron la semana pasada una carta la nueva presidenta del DIF, Cinthya Osorio, para pedir que se reconsidere la medida de suprimir las actividades en la Casa del Anciano, pero no han tenido respuesta.

Si las actividades se recortan de forma permanente, los ancianos se preguntan a dónde irán a parar los recursos que están programados en el presupuesto para atender a las personas de la tercera edad porque a ellos los están condenando a la marginación definitiva. (Noticaribe)

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