Al Gobernador Roberto Borge le urgía una cortina de humo y pretende encontrarla en un montón de chatarra y un bodeguero enojado.

Y es que el mandatario estatal no sólo tiene en puerta otro paro magisterial, sino que una vez ha quedado exhibida la política de privilegios en la llamada “Reingeniería Administrativa”, en la que se quedan los “recomendados” y se van los que no son ni comadres de algún “influyente”.

El “escándalo de las lámparas” se reduce a la falta de pago, por parte de la anterior administración municipal, al dueño de una bodega, en la que estaban almacenadas piezas y fragmentos de lámparas, que eventualmente eran usadas como repuesto en el equipamiento de alumbrado público.

El ex tesorero Leonel Saury dejó “colgado de la brocha” al “bodeguero” y éste se cobró a los “chino”.

Y lo que es aun más cómico, es que al frente de las investigaciones de “lámparagate”, está el subprocurador Carlos Arturo Álvarez Escalera, que tuvo casi tres meses a un universitario en la cárcel, acusado de matar a un proxeneta, solo con la evidencia de que el joven vestía un suéter rojo.

Sin embargo, este tema de las “lámparas voladoras” no parece ser suficiente para ocultar la nueva ofensiva magisterial o la rebelión de los burócratas estatales despedidos.

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