Lo que es real y cierto es que la mayoría de los niños quintanarroenses están sin clases.

Y más que una consecuencia de las protestas de los maestros, parece ser una estrategia del Gobernador Roberto Borge, que no sabe, no puede o no quiere resolver el conflicto magisterial.

La realidad es que Roberto Borge otra vez le apuesta al encono, para “destrabar” el conflicto magisterial.

Muy a su estilo de tirar la piedra y esconder la mano, busca que los padres se enfrenten a los maestros.

Y lo que es peor, pretende usar la policía, en cada escuela, contra los docentes paristas.

Podrá, con su discrecional uso del presupuesto, culpar mediáticamente a los maestros de tener a los niños sin clases y podrá repetir esta frase “mil veces”.

Pero, la realidad es que con Roberto Borge, como Gobernador, los niños de Quintana Roo, lleva casi ocho semanas sin clases.

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