En sus tiempos de presidente del comité municipal del PRI, Paul Carrillo cumplió muy bien su papel de vigilar al ayuntamiento perredista de Benito Juárez.

Aunque en algunos casos no tenía buen tino, no apartaba la mira del Palacio municipal.

Sin embargo, ahora como presidente municipal, se le acabaron las ganas de que de que las cosas se hagan de la manera correcta.

Paul no ha dicho esta boca mía, por la escapada de su regidora Ana Patricia Peralta de la Peña a París con recursos públicos.

Y ahora como presidente municipal, también cumple su papel, pero de ser “tapadera” de los excesos de sus allegados en la Comuna.

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