CANCÚN, MX.- El Aeropuerto Internacional de Cancún “perteneció” hasta el 2009 de manera directa a Joaquín Guzmán Loera alias “El Chapo” Guzmán, quien operaba con sus socios, los hermanos Beltrán Leyva, para el manejo y trasiego de drogas.
Los diarios POR ESTO! documentaron como la terminal aérea del principal destino turístico del país fue entregada al crimen organizado por parte de las autoridades federales, con lo cual se convirtió en la “Joya de la corona” del narcotráfico en México.
De hecho, el martes 25 de septiembre del 2007 se confirmó ante la opinión pública lo que desde el 2002 señalaron los diarios POR ESTO! en sus ediciones de ese año: el Aeropuerto Internacional de Cancún estaba en manos de la delincuencia organizada, en específico el control lo tenía el cártel de Sinaloa – en su momento -, por medio de los Beltrán Leyva.
Ese día, un avión bimotor de reacción, con matrícula de Estados Unidos y al parecer procedente de Colombia se estrelló en una zona de breñales del municipio de Tixkokob, Yucatán, a 25 kilómetros al oriente de Mérida, y dejó regados 132 bultos que contenían 3.2 toneladas de cocaína de acuerdo a la versión oficial de las autoridades.
Los restos del aparato y su carga fueron custodiados de inmediato por efectivos de la décima región militar y de la Agencia Federal de Investigación (AFI), sin que se proporcionara información oficial por parte de las autoridades civiles y militares.
El avión contaba con dos turbinas a reacción y tenía una capacidad para 24 pasajeros, así como para una carga de hasta seis toneladas.
Las investigaciones relacionadas con este hecho establecieron que el cargamento y el avión eran del cártel de Sinaloa y debió bajar en Cancún, algo que no sucedió y por eso se estrelló en el poblado de Yucatán.
Las mujeres de ‘El Chapo’ investigadas en Cancún
Además, el Aeropuerto Internacional de Cancún fue pieza clave para las autoridades federales y militares, en la captura del Joaquín Guzmán Loera, ya que desde hace dos años, inteligencia militar detectó la presencia de familiares y mujeres del capo más buscado de México y Estados Unidos.
La terminal aérea del principal destino turístico era controlada hasta el 2009, por “El Chapo” Guzmán” y por sus entonces aliados, los hermanos Beltrán Leyva y era un punto neurálgico para las operaciones del narcotráfico en el sureste del país.
De acuerdo con los datos que han salido a relucir en torno a la operación “gárgola” que llevó a la captura de Joaquín Guzmán, entre marzo y abril del 2012 en el Aeropuerto Internacional de Cancún fueron fotografiadas Emma Coronel Aispuro, actual esposa del capo; Alejandrina Guzmán Salazar, hija que tuvo con Mariana Alejandrina Salazar Hernández, y Frida Muñoz Román, viuda de Edgar Guzmán Loera, hijo del capo asesinado en el 2008.
Las mujeres fueron ubicadas a la salida del aeropuerto internacional de esta ciudad y fueron seguidas hasta los centros de hospedaje de la Zona Hotelera, pertenecientes a un grupo español, donde se hospedaron por espacio de 10, 14 y 16 días respectivamente.
Con base a la información obtenida, las autoridades militares elaboraron un documento que integraron con datos biográficos de 22 familiares del capo, 21 colaboradores y 27 personajes que le brindan protección institucional.
Así, el aparato federal integró bancos de voces, bases de datos con información de tiendas departamentales y empresas de televisión e internet satelital, y ha comisionado a un grupo aeromóvil de la Fuerza de Tarea Sierra Madre, para rastrear al capo en el “Triángulo Dorado”.
El aeropuerto de Cancún era controlado por “El Chapo”
El cártel de Sinaloa dominaba hasta el 2009 el Aeropuerto Internacional de Cancún, mientras que tenía ingerencia directa en la terminal aérea de la ciudad de México en ese mismo año.
Todo eso cambió a partir del 2010, cuando cobró mucha fuerza el grupo de “Los Zetas”. A partir de ese momento, los aeropuertos han entrado dentro de la disputa del territorio mexicano para el narco.
De acuerdo con las instituciones de seguridad y sus informes, el control de los dos aeropuertos le da un margen de maniobra muy alto a aquel grupo que logre establecerse con el mismo.
De igual manera, es un ancla de “negociación” para mantener a las autoridades sumidas por encima de la ley, ya que al tener a la Policía Federal en la nómina, dependencias como Migración y Aduanas, entran dentro de ese paquete que sirve para que la federación trabaje directamente para la delincuencia organizada.
Dentro de ese contexto, las autoridades sostienen que el cártel de Sinaloa y “Los Zetas” son los dos grupos de narcotráfico dominantes en el país. Unos u otros están presentes en casi todo México. Las autoridades se están preparando para lo peor en una guerra que ya ha cobrado la vida de entre 35 mil a 40 mil vidas desde diciembre de 2006.
El cártel de Sinaloa ha estado basado en la costa del Pacífico del país e incursionaba ocasionalmente en el este, a lo largo de la frontera. En los últimos años se ha extendido tanto al este como al sur de México hasta Centroamérica.
“Los Zetas”, que alguna vez estuvieron confinados a una parte del norte del Golfo de México, han crecido más y ahora se han expandido a zonas del centro y sur del país. Su alcance llega hasta Guatemala.
Las estrategias de ambos cárteles son distintas. Mientras Sinaloa es conocido por establecer alianzas temporales, funcionarios públicos que trabajan en seguridad han dicho que “Los Zetas” prefieren el control directo del territorio.
Aparentemente, no hay muchas posibilidades de que ambas organizaciones lleguen a un acuerdo amigable para repartirse las zonas en disputa. Por el contrario, parece que México va rumbo a una batalla entre los dos cárteles, ambos buscando exterminar el uno al otro.
La manera de operar de cada uno es distinta. “Los Zetas” están involucrados en el tráfico humano y otras actividades ilegales así como en el tráfico de drogas. Han cometido algunas de las peores masacres en la historia de la guerra contra las drogas en México y sus actos de violencia son tan brutales que las autoridades creen que es un cártel “irracional”.
La entrega del Aeropuerto Internacional de Cancún por parte del gobierno federal
El martes 25 de septiembre del 2007 se confirmó ante la opinión pública lo que desde el 2002 señalaron los diarios POR ESTO! en sus ediciones de ese año: el Aeropuerto Internacional de Cancún estaba en manos de la delincuencia organizada, en específico el control lo tenía el cártel de Sinaloa – en su momento -, por medio de los Beltrán Leyva.
Ese día, un avión bimotor de reacción, con matrícula de Estados Unidos y al parecer procedente de Colombia se estrelló en una zona de breñales del municipio de Tixkokob, Yucatán, a 25 kilómetros al oriente de Mérida, y dejó regados 132 bultos que contenían 3.2 toneladas de cocaína de acuerdo a la versión oficial de las autoridades.
Los restos del aparato y su carga fueron custodiados de inmediato por efectivos de la décima región militar y de la Agencia Federal de Investigación (AFI), sin que se proporcionara información oficial por parte de las autoridades civiles y militares.
El avión contaba con dos turbinas a reacción y tenía una capacidad para 24 pasajeros, así como para una carga 6 toneladas, que al momento del accidente iba cargada con 3.2 toneladas de cocaína.
Las investigaciones relacionadas con este hecho establecieron que el cargamento y el avión eran del cártel de Sinaloa y debió bajar en Cancún, algo que no sucedió y por eso se estrelló en el poblado de Yucatán.
La investigación de la que dio cuenta POR ESTO! de Quintana Roo y POR ESTO! de Yucatán, establecía que el avión fue
detectado por la milicia momentos antes de que entrara en contacto con la Dirección General de Aeronáutica Civil del aeropuerto de este destino turístico para pedir permiso de aterrizaje.
El avión venía fichado desde su salida y por ello fue reportado. Ante esta situación el comandante de la DGAC, José Luis Soladana Ortiz, negó el permiso de aterrizaje del avión y con ello selló su sentencia de muerte, pues aparecería ejecutado dos meses después, el 11 de noviembre de ese mismo año por incumplir el “trabajo” que le habían delegado dentro del grupo del narcotráfico encargado de la terminal aérea.
En su edición del 11 de noviembre del 2007, el diario POR ESTO! de Quintana Roo destacó que “la ejecución del comandante de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) del Aeropuerto Internacional de Cancún, José Luis Soladana Ortiz y el “levantón” del oficial de tránsito aéreo Martín Gómez Soto (aunque se habla de que fue arraigado por la SIEDO), no son más que la punta del iceberg de toda la marejada de corrupción y complicidades que existen al interior de la terminal aérea, en donde la libre operación de la delincuencia organizada está más que clara. La imagen de ser una de las terminales aéreas de mayor prestigio no sólo a nivel nacional sino a nivel internacional queda en entredicho con la ejecución de una de las máximas autoridades dentro del tránsito aéreo y que desde luego, aclara el panorama de toda la podredumbre que existe al interior del aeropuerto en cuanto a corrupción se refiere.
De hecho, el exdelegado de la Procuraduría General de la República (PGR), Pedro Ramírez Violante, confirmó de la existencia de operaciones del crimen organizado dentro de la terminal aérea y por ello, supuestamente había una investigación.
Así, el libre tránsito que tiene el crimen organizado para entrar y salir con cargamentos de drogas y hasta de
ilegales, tiene una sola explicación: corrupción de las propias autoridades.
José Luis Soladana Ortiz fue la segunda víctima de manera oficial de una autoridad aeroportuaria en ese 2007, esto, si se toma en cuenta que el agente de la Policía Federal Preventiva, Pedro Ulises Aguayo Cartagena (silenciado a principio de año), quien estaba asignado al aeropuerto, tenía un mando en cuanto a la seguridad.
Estas ejecuciones son el claro reflejo de que el crimen organizado tiene a su merced el aeropuerto y cuando algo sale mal, cobran la vida de las personas indicadas por dos simples razones: una, que el sujeto sabe mucho de las operaciones ilegales y dos, que ya no quiere seguir prestando sus servicios a la delincuencia.
El caso del oficial de la PFP, se le atribuye a que tenía una investigación sobre más elementos federales asignados al aeropuerto que están al servicio del crimen organizado, además que por él un cargamento de 15 kilos de cocaína procedente de Colombia no pasó a su destino final.
Mientras que el asunto de José Luis Soladana Ortiz, se le relaciona con el avión tipo Grumman Gulfstream con matrícula estadounidense N987SA, que se desplomó en Tixkokob, Yucatán, con más de seis toneladas de droga, debido a que él se negó a que dicho aeroplano aterrizara por enésima ocasión de forma tranquila en Cancún (pues ya lo había hecho otras veces) y esto, originó que fuera detectado por la Sedena”.
Todo quedaba a la luz pública, el aeropuerto había sido entregado por el gobierno de Vicente Fox a la delincuencia organizada. Tras tres meses de que ocurriera la caída del avión y el asesinato del comandante, la PGR cesó las investigaciones. La orden fue dada a nivel central. El gobierno federal, a cargo de Felipe Calderón Hinojosa, prefirió omitir la situación y con ello evitar mayores escándalos y señalamientos sobre Cancún, el principal destino turístico de México. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)