CANCÚN, MX.- Aún empaquetadas y encerradas en una bodega de la delegación estatal, Procuraduría General de la República (PGR), permanecen las cinco toneladas de pepino de mar incautadas por la Policía Federal en el punto de revisión en el ramal aeropuerto internacional, en el kilómetro 000+800.
A pesar que este producto está valuado en más de dos millones y medio de pesos y su posesión está prohibida, las autoridades simplemente no saben qué hacer con él, pues en los últimos meses ya son tres los decomisos de esta magnitud y del mismo producto, el cual tiene como destino Hong Kong.
En las culturas del este y sureste asiático consideran al pepino de mar una delicia afrodisíaca, por lo que su compra y venta sea hace de manera clandestina y su demanda es mayúscula en ciudades como Hong Kong, hacia donde iba destinado el producto asegurado.
Fue apenas en el mes de octubre del 2013 cuando autoridades de la Policía Federal realizaron un decomiso de cuatro toneladas de pepino de mar, producto que tenía como destino Hong Kong, por lo que después de confiscarlo lo pusieron a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR), así como a la camioneta en la que fue encontrado y al conductor de la unidad.
En este caso, la unidad fue trasladada a un corralón, mientras que el conductor fue consignado ante un juez distrito e internado en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún, mientras que el pepino de mar deshidratado fue resguardado en una bodega.
Esto sucedió también en el 23 de enero del año en curso, cuando la Policía Federal realizó un segundo gran decomiso, pues en el tramo del bulevar Luis Donaldo Colosio-Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC), las autoridades confiscaron otras dos toneladas del invertebrado, las cuales viajarían en 83 cajas de cartón a Hong Kong por la aerolínea Aeroméxico.
El producto, con un valor aproximado de un millón de dólares, en el mercado negro, era trasladado con documentación irregular, a bordo de un camión tipo caja, marca Dodge, Chrysler, color blanco, placas de circulación CN-84522 del estado de Campeche propiedad de Leopoldo Cajun Bolivar, el cual del mismo modo fue ingresado a un corralón.
Mientras tanto, el conductor de este cargamento, Víctor Manuel Sosa Castillo, 34 años de edad, fue puesto a disposición del Ministerio Público Federal y posteriormente consignado ante un juez de distrito e internado en el Cereso de Cancún, mientras que el producto fue resguardado en la misma bodega del cargamento anterior.
Por increíble que parezca, esto sucedió de nueva cuenta con el decomiso de cinco toneladas de pepino de mar registrado el 24 de febrero, apenas hace 4 días, pues las autoridades repitieron el mismo “modus operandi”, pues el producto quedó encerrado y bajo resguardo en la bodega, lo que hace un total de 11 toneladas de producto acumulado.
En este decomiso, las facturas que avalaban la carga, las cuales presentaban sellos y firmas apócrifos, fueron expedidas por Rubén Andrade Medina, con dirección en Mérida, Yucatán, la cual tenía como destino Estados Unidos y Hong Kong.
Según la factura 332, elaborada el pasado 21 de este mes, 117 cajas iban con destino a Handale Beach, Florida, en los Estados Unidos, carga de 2 mil 584 kilogramos facturada por un total de 77 mil 520 dólares.
Mientras que en la factura número 330, elaborada el mismo día, el destinatario era en San Po Kung, Kow Loon, Hong Kong. Esta amparaba 119 cajas de pepino de mar seco con un peso total de 2 mil 790 kilogramos, con un valor total de 83 mil 700 dólares.
Ambas facturas presentaban un sello y una firma presuntamente de la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca); los cuales, según las autoridades federales, resultaron apócrifos.
Las dos fueron expedidas por Rubén Andrade Medina, con dirección en la calle 11 número 139 entre 10 y 12 de la colonia García Ginerés, en Mérida.
Al ser cuestionadas, las autoridades de la PGR, para recabar datos sobre el proceso de manejo del decomiso, sólo pusieron trabas para los representantes de este medio, pues externaron que tiene que ser mediante un oficio, el cual sería enviado a la ciudad de México, para solicitar permiso y una vez aprobado se podría obtener la información del paradero de las 11 toneladas, las cuales superan un valor de 10 millones de pesos en el mercado negro.
Generalmente, los pepinos de mar son vendidos secos, los cuales son fáciles de almacenar y manipular en comparación con el producto fresco, por lo que están valorizados como un manjar exótico y un sabroso producto afrodisíaco, muy gustado entre los consumidores de origen asiático.
Sin embargo, el pepino de mar tienes una tasa de renovación poblacional lenta y son fácilmente colectados de aguas someras en los trópicos, como en el litoral del estado de Yucatán, con precios de venta de hasta 300 ó 500 dólares por kilogramo seco, una vez exportado, situación que provoca la explotación indiscriminada y excesiva, lo que podría llevarlos a serios problemas de extinción. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)