Ucrania acusó el sábado a Rusia y a los rebeldes pro-Moscú de destruir pruebas para encubrir la responsabilidad del derribo de un avión de pasajeros malasio, un hecho que ha acelerado un enfrentamiento entre el Kremlin y las potencias occidentales.
En momentos en que los militantes mantenían a los observadores internacionales lejos del sitio del suceso por tercer día consecutivo, el presidente ruso, Vladimir Putin, llamó a los rebeldes a cooperar e insistió que una investigación ordenada por la ONU no debe hacer conclusiones apresuradas.
Moscú niega su participación en el hecho y ha acusado a Kiev de estar detrás de la muerte de las 298 personas que iban a bordo del vuelo MH17 de Malaysian Airlines que salió el jueves desde Ámsterdam rumbo a Kuala Lumpur.
El gobierno holandés, cuyos ciudadanos componen más de la mitad de las víctimas, dijo estar “furioso” por el trato que se ha dado los cadáveres esparcidos alrededor de varios kilómetros y pidió la ayuda del presidente de Ucrania para traer de vuelta a “nuestra gente” a casa.
Después que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que el derribo del vuelo es una muestra de que es hora de poner fin al conflicto, Alemania aseguró que Moscú tenía la última oportunidad de cooperar.
Las potencias europeas parecían apoyar la creencia de Washington de que los aliados separatistas rusos eran los culpables. Eso podría acelerar nuevas sanciones comerciales a Moscú, sin esperar pruebas definitivas.
“Él tiene una última oportunidad para mostrar que tiene la intención de ayudar”, dijo el primer ministro holandés, Mark Rutte, después de una llamada telefónica a Putin.
Gran Bretaña, que perdió a 10 ciudadanos, dijo que el primer ministro David Cameron acordó con Rutte que la Unión Europea, más cauta que Washington sobre imponer sanciones a Rusia para no dañar su economía, debería reconsiderar su postura debido a la evidente culpabilidad de los rebeldes.
El viernes, Cameron había instado a tener cautela antes de concluir una investigación.
La canciller alemana, Angela Merkel, la figura más poderosa en la Unión Europea, habló con Putin el sábado y también lo instó a cooperar.
El ministro de Relaciones Exteriores de Merkel, Frank-Walter Steinmeier, dijo al diario Bild am Sonntag que “Moscú puede tener ahora una última oportunidad para demostrar que realmente está seriamente interesado en lograr una solución”.
“Ahora es el momento para que todo el mundo se detenga y piense lo que podría suceder si no paramos la escalada”, agregó.
Alemania, que depende de Rusia en materia de energía al igual que otros estados de la UE, se ha mostrado reacio a escalar una confrontación con Moscú, la que ha revivido recuerdos de la Guerra Fría. Pero con una acción militar descartada, la presión económica es un instrumento vital.
Rusia, en tanto, dijo el sábado que está tomando represalias contra las sanciones impuestas por Estados Unidos la semana pasada, antes del desastre aéreo, al prohibir la entrada de algunos estadounidenses no identificados, y advirtió de un “efecto boomerang” sobre las empresas estadounidenses.
Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, y el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, acordaron mediante una llamada telefónica intentar conseguir que ambos bandos del conflicto ucraniano lleguen a un consenso en torno a la paz.
Reafirmando que el Boeing 777 fue impactado por un misil ruso, Ucrania aseguró que había “evidencia convincente” de que un sistema de misiles guiado por radar SA-11 Buk fue llevado a la frontera rusa y que un equipo de tres hombres que lo controlaba estaba compuesto por ciudadanos rusos.
Por su parte, el líder de los insurgentes, Alexander Borodai, dijo que no habían encontrado la caja negra del vuelo y añadió que estaban evitando alterar el área donde el avión cayó.
En Grabovo, un hombre armado de las fuerzas separatistas dijo a Reuters que algunos cuerpos se habían sacado ya en camiones. Entre informaciones de saqueos, combatientes y población local dijeron haber hecho todo lo posible para recoger pruebas y preservar los restos humanos.
Un corresponsal de Reuters vio a personal de rescate trasladar cuerpos y recoger restos en bolsas negras.