CANCÚN, MX.- Adriana Rodríguez de Altamirano, la mujer que se volvió en pocos días tristemente famosa por un video que ella misma subió a Youtube en donde humilla a su empleada por llevarse a escondidas un chile en nogada y que le valió el mote de #LadyChiles, rompió el silencio y salió en redes sociales a dar su versión de los sucedido y la posterior polémica.

A través de su cuenta de Facebook, la mujer escribió un largo comunicado en el que se defiende y trata de poner en contexto la grabación del video para que se entienda lo que, desde su punto de vista, pasó en la relación con su empleada doméstica a la que le pagaba mil 700 pesos semanales, además de que le daba comida y otros supuestos beneficios.

“No somos abusadores en ningún sentido y estamos muy lejos de ser miserables. Cuando coincidimos en el horario, desayunamos o comemos juntos en la misma mesa”, dice sobre el trato que dan a sus empleadas domésticas.

A continuación, reproducimos íntegramente la carta de la señora Adriana Rodríguez de Altamirano:

Quisiera aclarar algunas situaciones que se han venido ventilando. Comenzaré con el caso de la empleada doméstica.

El pasado martes 12 de agosto de 2014 comenzó a trabajar en mi casa la señora Nieves Isabel Arjona Miranda, como empleada doméstica, con un sueldo de $1,700 por semana (lo compruebo con el anuncio del Novedades en donde solicito sus servicios). Cabe aclarar que cuando corresponde, se le pagan a la empleada sus vacaciones anuales y se le da el aguinaldo de acuerdo a lo que la ley ordena. Sólo cumple con su horario laboral; nunca le pido que se quede tiempo extra.. Se le da el desayuno y la comida. Lo mismo que comemos nosotros: frutas carne cereal ensaladas pastel pasta etc. Les pido que ESCUCHEN el audio del video de “Lady chiles” subido a youtube.

El jueves 21 de agosto comprobé que esta señora me mintió y abusó de la confianza que le di. Ese día tuve que salir, justo a la hora de la comida. Antes de irme, saqué 2 chiles en nogada del refrigerador y le expliqué “si metes el plato frío al micro, se puede tronar, así que mejor cambia tu chile a un plato limpio y así ya lo calientas sin ningún problema. Comentario al margen: yo vendo zapatos a algunas amigas. Tenía unos pares por entregar esa tarde a una amiga a quien le ofrecí llevarle un chile en nogada para que lo probara… cuando regresé a casa, subí las cajas de zapatos a la camioneta y al entrar a la cocina por el chile para mi amiga, me dice la señora Nieves Isabel con una sonrisita, que se comió los dos! le pregunté nuevamente, “te comiste los dos?” y ella con tono de travesurita me volvió a decir que sí. Mi comentario fue “ah ok”.

Desconcertada, se lo platiqué al rato a mi esposo. No lo podía creer tampoco, porque el platillo es ABUNDANTE por decir lo menos. Este tipo de abusos los hemos sufrido muchas veces pero siempre me ha dado mucha vergüenza pedirles a las señoras que abran su bolsa… y así siempre soy yo la que ha tenido que pagar el golpe… sospechando que la latita de atún o la barra de jabón o el sobre de tang, van en la bolsa de la señora.

En fin. En esta ocasión me quité la pena, respiré y le pedí a su salida que me mostrara su bolsa… y la señora no me estaba robando por hambre… porque no se estaba llevando frijoles o galletas marías. Cabe mencionar que durante esos días, también le regalé alimento para sus mascotas, así como otros alimentos para que ella llevara a su familia, como se puede escuchar en el video, cosa que ella confirma.

En este país ya se da por aceptado que los empleados, a cualquier nivel, cometan este tipo de robo-hormiga. Siempre nos lo imaginamos, pero nunca nos atrevemos a evidenciar a estas personas. Yo preparo alrededor de 50 chiles en nogada cada año, en esta temporada, en un lapso de 2-3 semanas… por lo menos 40 de ellos son para regalar. No hubiera tenido yo ningún inconveniente en regalarle un par de chiles para su familia, pero en ese momento estaban algunos en proceso de preparación.

El hijo que ella menciona en el video no es un niño como mucha gente dice… es un joven de unos 20 años, que tiene un auto y un trabajo. Yo puedo entender, en lo personal, el resentimiento y la frustración de muchos trabajadores que han vivido siendo explotados, sobajados y pisoteados, a veces por muchos años, por parte de sus patrones. Transcribo fragmentos de conversaciones escuchadas de boca de algunas de mis conocidas: “cuando tengan oportunidad, consíganse a alguna guatemalteca… como no tienen papeles, nunca te pueden acusar de nada y si está chiquilla, mejor… porque todavía están muy mensitas”… “pues yo a la que tengo ahorita, le estoy pagando $150 menos a la semana… al cabo que no tiene forma de comprobar que a la que estaba en su lugar le pagaba más”… “yo, a la mía, ya la estoy acostumbrando a que tenga que atender también a mis hijos cuando regresan de la universidad, con su cena… que me deje la cocina limpia y ya que se vaya a descansar (casi a media noche… cuando la tienen trabajando desde muy temprano para que le prepare el lunch a su hijo más chico)”… y eso sin mencionar que en ocasiones las chicas se enfrentan con las faltas de respeto, del patrón o de los hijos del patrón. Y así, infinidad de abusos… interminables. La señora que en este momento me viene a ayudar, trabajó un año conmigo, pero tuvo que renunciar en el mes de abril (carta con amplias recomendaciones, de por medio), porque una de sus hijas tenía serios problemas de salud y me dijo que tenía que pegarse a ella para sacarla adelante. Me había contactado días antes para pedirme nuevamente trabajo. Me contó que ya el problema de su hija estaba en control. Yo le expliqué que acababa de contratar a una señora y que simplemente no era justo decirle ahora ´gracias por participar´.

Ella lo entendió y sólo me pidió que no la olvidara o que cuando yo necesitara trabajo extra de cocina o plancha, la buscara. Le aseguré que en la primera oportunidad le llamaría. Hemos tenido emplead@s en casa por tres años, diez y hasta trece años, que se han vuelto parte de nuestra familia, teniendo llave de nuestra casa en su momento y con quienes de vez en cuando nos contactamos para saber si ya nació el bebé de uno, o si ya se casó la hija de la otra o para preguntarles si pueden cuidarnos la casa y a nuestros animalitos mientras salimos de viaje, pagándoles $250 x día más $250 x noche = $500 diarios. No somos abusadores en ningún sentido y estamos muy lejos de ser miserables. Cuando coincidimos en el horario, desayunamos o comemos juntos en la misma mesa.

Ahora con este polémico asunto del video, salieron a la luz un par de situaciones que yo también necesito aclarar, no con testimonios que podrían ser aconsejados o manipulados. Papelito habla.

Con respecto al trabajo de herrería del que habla el Sr. Gallegos y del que dice que después de cumplirnos todas nuestras exigencias y que ya colocado, nos negamos a pagarle $70,000 aclaro (y compruebo) que en julio de 2008 el Sr. Galileo Gallegos nos presentó un detallado presupuesto, con un determinado tiempo de entrega. En noviembre del mismo año, el Sr. Salvador Gallegos me envió una carta en donde explícitamente dice “Debido a que nuestro vendedor Galileo Gallegos cometió error al cotizarle sus trabajos, le replanteamos la nueva cotización de los trabajos que faltan”.

Se acompaña esta carta con un resumen de cuentas, mencionando que según el volumen de m2 ejecutados, lo que nos faltaría por cubrir serían $20,005. En ese momento y sin mayor averiguación, fuimos informados de que como ya no les salían las cuentas, o pagábamos esa cantidad extra o dejaban de elaborar el trabajo de herrería acordado. Ellos se dedican a esto, ellos son los expertos en esto… El presupuesto lo elaboraron ellos y nosotros lo aceptamos. De modo que tuvimos que darnos a la tarea de buscar en ese momento, a otro herrero que nos terminara el trabajo inconcluso. El Sr. Fernando

Otro caso que se difundió es el supuesto daño físico y moral que le causamos al carpintero/ebanista que nos fabricó la cocina. El Sr. A.M.O. es un hombre mayor, trabajador y decente, pero diabético desde hace muchos años. Igual, papelito habla. El 10 de julio de 2008, el Sr. A.M.O. nos presentó un presupuesto por $120,000 detallando el trabajo a elaborar. El mismo Sr. A.M.O. mencionaba una sanción del 5% si no terminaba en la fecha indicada. La forma de pago sería 50% ($60,000) de anticipo y el saldo sobre avance de trabajo semanal. Así se aceptó, de modo que le pagamos además $5,000 por las sucesivas siete semanas. El tiempo de entrega era de 60 días hábiles 12 semanas naturales (tres meses). Primero venían a trabajar cuatro de sus empleados, seis días a la semana; luego eran tres, cuatro días semanales y después dos, cada tercer día y al final era uno, un par de días a la semana… hasta que dejaron de venir y ya ni el teléfono nos contestaba. El día 4 de marzo de 2009 (ocho meses después) opté por ir a Profeco. Como muchos estarán enterados, ahí quien impone multas son ellos. Mi esposo y yo nunca le cobramos la sanción que ameritaba el caso. Sólo queríamos nuestra cocina terminada, sin perjudicar a este señor. El trabajo lo terminó el 25 de marzo y nosotros le liquidamos en ese momento los últimos $10,000 a satisfacción de ambas partes.

Por último, Rafael y yo no tenemos ni hemos tenido nunca ninguna circunstancia de qué avergonzarnos. Hemos leído cosas terribles de nosotros, de gente que no nos conoce; pero lo verdaderamente imperdonable y doloroso, por donde se quiera ver, es que nuestra única hija Andrea, quien murió en agosto de 2003 de cáncer (linfoma de Burkitt) ha sido también objeto de brutales insultos y feroces ataques como lo que copio a continuación, tal cual, con sus respectivas faltas de ortografía, de alguien que en Facebook se hace llamar Darv Love Alcocer “Que mas castigo kieren. La lady chiles ahora anda llorando por que publicaron una foto editada donde aparece la hija, otra perra culera en vida, abrazando a un chile verde en un parque.. la hija no tiene mucho que falleció en un accidente. Igual de culera y grosera que los padres era la chamaca. Al fin mierda regresas al suelo. Ahora la ruca pude respeto. Jajaja osea ke no mame”.

Y para quienes dicen que me echaron su camioneta encima y que me vieron en un almacén comprando una blusa en barata y que cuando me pidieron la selfie, monté en cólera, furibunda y amenacé con demandar a todos los que me han ofendido, y tuvieron que tomarme la foto de espaldas, no, no era yo. Juro por la memoria de mi hija que no he salido en seis días.

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