PLAYA DEL CARMEN, MX.- Con una economía y liquidez débil, con una administración financiera y un desempeño presupuestal aún más débil, y con un marco institucional considerado “volátil y desbalanceado”, a más de un año en el cargo, el Alcalde de Solidaridad, Mauricio Góngora, no puede aún conducir de manera aceptable el segundo municipio más importante de Quintana Roo.
El Alcalde enfrenta, además, una deuda pública de 780 millones de pesos (y que amenaza con aumentar antes de que termine su administración), la mayor de los municipios de Quintana Roo en comparación con el tamaño de su población, la cual, aunque al momento es conisderada ‘estable’, representa una merma importante de recursos públicos que podrían estarse destinando a obras de infraestructura y programas de impacto social.
Sin embargo, el principal agravio de su administración es que después de un año, el Alcalde Mauricio Góngora no sólo ha encubierto las irregularidades de la deuda pública dejada por la anterior administración, sino que también se ha negado a transparentar el destino que tuvieron millones de pesos que no se utilizaron en casi una docena de obras que fueron dejadas inconclusas, muchas de las cuales aún no pueden ser concluidas.
Esto no impidió que meses atrás solicitara un nuevo crédito revolvente por 150 millones de pesos adicionales para enfrentar cualquier tipo de contingencias durante su administración.
De acuerdo con el último reporte de la calificadora Standard & Poor’s, la calificación de Solidaridad continúa limitada por la muy débil planeación financiera de mediano plazo así como por su débil posición de liquidez.
“La deuda de Solidaridad se mantiene en niveles moderados en relación a sus ingresos discrecionales”, se afirma.
Por ello, Standard & Poor’s confirmó su calificación de ‘mxBB+’ al municipio de Solidaridad.
“La deuda calificada ‘mxBB’ –se explica– denota cierta debilidad en los parámetros de protección en relación con otras obligaciones en el mercado nacional. La capacidad del emisor para cumplir sus compromisos financieros sobre la obligación es algo débil dada la continúa incertidumbre o exposición a circunstancias adversas financieras, del negocio o de la economía”.
La perspectiva estable incorpora “la expectativa de que el nivel de deuda de Solidaridad continuará por debajo de 60% de sus ingresos discrecionales en los próximos dos años, a la vez que mantendrá superávits operativos de al menos 10 por ciento de sus ingresos operativos”.
Sin embargo, la calificadora resalta que “junto con la ‘débil’ posición de liquidez (uno de los criterios de calificación), el equipo de la administración financiera es una de las principales limitantes de la calificación”.
“En nuestra opinión -se explayan-, la administración financiera no tiene suficiente autonomía respecto a los incentivos políticos, lo que en el pasado ha provocado vulnerabilidad en su perfil financiero, en especial durante los periodos de transición política”.
“Esto también –según la descripción de la calificadora–, ha provocado que la administración financiera carezca de efectivos controles de gasto y de una planeación financiera de largo plazo”.
“Es importante mencionar que las prácticas de contabilidad han sido inconsistentes en los últimos dos años, y que la información financiera disponible a través de su página de transparencia todavía sigue siendo limitada”. (Noticaribe)