¿Qué tienen en común Arturo Olivares Mendiola y Juan Pablo Ortega Ceballos?
Ambos representan la impunidad que gozan los “amigos”.
Hasta ayer, el alcalde Paul Carrillo no había dicho esta boca es mía. A esta horas, Arturo Olivares Mendiola ya debería de ser “ex”, pero no, sigue “vivito y coleando”.
Hace unas semanas, la Profepa sugirió al Gobierno del estado sancionar a las autoridades locales, que permitieron la devastación que provocada en el predio “El Tucán” por el proyecto del Dragon Mart.
El proyecto contó exclusivamente con permisos estatales otorgados pro el titular del Instituto de Riesgo e Impacto Ambiental (Inira), Juan Pablo Ortega Ceballos.
Sin embargo, este funcionario no solo sigue, sino que nadie ha movido un dedo para fincar responsabilidades.
La cosa parece ser muy simple: los amigos son inocentes y los enemigos culpables.