CANCÚN, MX.- La delegación estatal de la Procuraduría General de la República, PGR, en Quintana Roo, no sólo entregó Cancún a la delincuencia organizada sino que además bloquea directamente investigaciones a nivel central para evitar que los grupos delictivos que operan sean desmembrados.
Lo anterior sale a relucir tras la captura de Daniel Velázquez Caballero alias el “Talibancillo” o el “Z 52”, quien era el líder del Cártel del Golfo en Quintana Roo y operaba directamente en Cancún y la Riviera Maya.
A poco menos de un mes de la detención del “Talibancillo”, su expediente dentro de la PGR en Quintana Roo únicamente lo consigna por delitos contra la salud y de índole federal.
Esta situación se debe a que la delegación estatal de la PGR ha minimizado por completo el expediente. De hecho en el documento ni si quiera se le relaciona con la muerte de más de 18 personas en el lapso del 2010 al 2014.
Tampoco se ha estipulado el manejo de armas, las extorsiones que se dieron a más de 200 empresarios de la zona norte del estado.
Por el contrario, únicamente se maneja el hecho de que cometió “delitos del fuero federal”, sin especificación alguna. Sin una explicación o desglose. Y mucho menos sin relatoría de hechos como deben contar las averiguaciones previas.
Este caso únicamente ejemplifica lo que es la PGR en los últimos 10 años. De hecho en la delegación estatal de la Procuraduría General de la República, PGR, todo sigue igual. La dependencia encargada de combatir de lleno a la delincuencia organizada en Quintana Roo sigue entregada sin que se note signo de cambio.
De hecho, la delegada de la PGR en la entidad, Aurora Mora Morales, es pieza angular de ese entreguismo, toda vez que ha dado la orden de sólo “camuflar” movimientos al interior de la dependencia.
Este camuflaje sirve para no meterse en problemas con la delincuencia organizada y seguir siendo un despacho del delito, debido a que los temas torales en materia de ejecución y operación de la Procuraduría, han sido pasados de largos.
Cabe señalar que los diarios POR ESTO! han solicitado más de 8 entrevistas con la delegada de la PGR para obtener información de los casos mencionados, sin embargo, según personal de seguridad privada de la dependencia federal, el área del enlace de comunicación social desapareció, ya no hay nadie quien atienda y para cualquier información es directamente a la Ciudad de México.
Simulación, camuflaje, entreguismo y sin elementos
Por si esto fuera poco, la delegación estatal de la Procuraduría General de la República, PGR, está congelada. La dependencia encargada de hacer frente a la delincuencia organizada en Quintana Roo no opera desde diciembre pasado debido a que 25 elementos y 10 agentes del ministerio público federal, no aprobaron los exámenes de control y confianza del sistema nacional de seguridad pública.
Por esta razón, es que la inoperancia ha llegado a un grado superlativo, pues los trabajadores de la PGR en el estado han decidido no sólo entregar la operatividad a la delincuencia organizada, sino que además prefieren “esperar” a que llegue la línea de mando a nivel central.
Con el caso de los 35 elementos de la PGR en Quintana Roo, se confirma lo que a lo largo de los últimos seis años los diarios POR ESTO! consignaron: La PGR era – y es – un despacho del crimen organizado.
De acuerdo con fuentes oficiales de la dependencia a nivel central, los exámenes de confianza, la constante de reprobación de los agentes fue el detector de mentiras, donde ninguno pudo pasar la prueba.
Cabe señalar que desde el 2007 se ha señalado una y otra vez cómo la delegación de la PGR, en la entidad, sobre todo la oficina ubicada en Cancún, sirvió como despacho del crimen organizado sin ningún tapujo.
Principalmente, la PGR en el estado protegió directamente al cártel de “Los Zetas” que tomaron la plaza por asalto y que a la fecha intentan mantener el control de la misma, copando directamente las corporaciones policíacas.
La protección se daba en dos vía con mayor énfasis. La primera era la de llevar a cabo consignaciones a modo para que los delincuentes que eran puestos a disposición del Ministerio Público Federal, encontraran rápidamente su libertad ante el mal manejo de las acusaciones en su contra.
En teoría, la dependencia federal debería de fungir como un filtro para controlar a la delincuencia, sin embargo, ha sido todo lo contrario, ya que los grupos delictivos han encontrado en la PGR su despacho jurídico y a uno de sus mejores aliados para acrecentar el clima de violencia en Quintana Roo. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)