CHETUMAL, MX.- En un estado donde el discurso más recurrente es la austeridad y donde se tuvo que despedir a miles de burócratas –algunos con hasta 25 años de servicio– para disminuir el gasto y evitar caer en una quiebra financiera, el todavía diputado federal Raymundo King de la Rosa, con el derroche de millones de pesos en publicidad para “fortalecer su imagen” y sus aspiraciones a contender por la gubernatura, escupe en la cara de los ciudadanos quintanarroenses a los que dice representar.

Su paso como diputado federal será más recordado por sus decisiones contrarias a la voluntad del pueblo al aprobar la homologación del IVA para zonas fronterizas golpeando directamente a Quintana Roo, la imposición de un nuevo Huso Horario impulsado por los ricos empresarios turísticos del norte de la entidad y su respaldo absoluto a las reformas estructurales del presidente Enrique Peña Nieto, mismas que hasta al momento para los chetumaleños no han implicado nada, por el contrario cada día el abismo económico y social se hace más grande en el sur del estado.

A pesar del rechazo de sus propios paisanos que reprobaron su actuar como legislador siempre de espaldas al pueblo para conseguir “bonos políticos”, King de la Rosa está empeñado en meterse a como dé lugar en la carrera por la sucesión, y tira a la basura una millonaria cantidad de dinero –que no sale de su bolsa- en publicidad para promocionar su imagen.

En menos de una semana, el joven legislador representante del “nuevo PRI”, inundó con su imagen todo el estado, pero en Chetumal ha abusado de esta exposición, ya que hay calles que en menos de 60 metros se colocaron cinco espectaculares con su fotografía gigante a todo color.

Según un presupuesto solicitado como ciudadano común cada uno de esos espectaculares cuesta, entre su elaboración y exposición un precio promedio de 30 mil pesos, siendo el principal beneficiado en el sur del estado el empresario Víctor Dogre- familiar político del ex gobernador Félix González Canto-, propietario de la empresa Makro Signs, que elabora las lonas, las coloca y cobra por los espacios fijos en la ciudad.

Pero Chetumal no es el único caso, ya que en la carretera Playa del Carmen – Cancún se han colocado más de diez espectaculares promoviendo el último informe de Raymundo King. El costo en esta zona es mucho mayor, por la cantidad de vehículos que circulan en la transitada vía.

Los espectaculares son solo una parte de la estrategia de promoción emprendida por el legislador federal con el pretexto de su rendición de cuentas, pues además se han publicado inserciones en periódicos y revistas, mientras que en la radio gubernamental y estaciones privadas se escuchan decenas de spots cada día.

Para rematar, King de la Rosa también pagó anuncios en las redes sociales (Facebook y Twitter), que posiblemente representan el gasto menor de toda la andanada publicitaria.

La desesperación de Raymundo por figurar tiene un porqué: aunque salió fortalecido políticamente como timonel del Tricolor tras las elecciones federales por el triunfo arrasador del PRI, en realidad la victoria fue del gobernador Roberto Borge Angulo, quien fue el principal operador político en el estado.

El diputado federal chetumaleño sabe que es el más débil de los aspirantes a la gubernatura y que el tiempo juega en su contra. No cuenta con un grupo político propio; no se preocupó nunca por convertirse en un líder; no tiene gente detrás de él, poniéndolo por debajo de personajes que guste o no su estilo, tienen un buen número de seguidores incondicionales, como Mauricio Góngora, Gabriel Mendicuti y Carlos Joaquín.

Es más, hasta el alcalde chetumaleño, Eduardo Espinosa Abuxapqui, con todo y sus limitaciones, tiene equipo y goza de más respaldo por parte de la población del sur de Quintana Roo.

Raymundo no tiene nada de eso.

Sin mucho que ofrecer a cambio, King de la Rosa quiere mostrar un poder en su último informe con el que no cuenta en realidad Quiere mostrar una fuerza ficticia, inflada con esteroides, a fin de “negociar” una posición jugosa con quien resulte candidato del PRI a la gubernatura. En lenguaje coloquial, está tirando piedras al árbol de mangos para ver que cae.

Se trata de permanecer en el poder, porque su futuro económico está garantizado. En solo seis años Raymundo dejó las carencias en el pasado para convertirse en uno de los nuevos millonarios, con propiedades en el estado de Yucatán, y en todo Quintana Roo. Aquellos días que pedía vales de gasolina para poder mover su modesto carrito rojo son cosa del ayer.

Pero en el proceso, perdió lo más importante: el cariño y respeto de sus paisanos chetumaleños. (Anwar Moguel)

LA GROSERA PUBLICIDAD DE RAYMUNDO EN TIEMPOS DE CRISIS

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