CANCÚN, MX.- El Fondo Nacional de Fomento al Turismo, Fonatur, ingresó desde el pasado 22 de septiembre una solicitud de prórroga en el vencimiento de la Manifestación de Impacto Ambiental, MIA, de Malecón Tajamar.
La prórroga solicitada sería de un año; es decir que en lugar de que el tiempo para poder construir en la zona de manglar del malecón venza el próximo mes de febrero del 2016, termine hasta octubre de ese mismo.
Esta acción la realizó el fondo nacional con el objetivo de dar certidumbre jurídica a los 42 desarrolladores de proyectos en Malecón Tajamar, por lo que se espera una respuesta positiva por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos, Semarnat.
El recurso presentado estipula que derivado del juicio de amparo promovido por 113 menores de Cancún, Fonatur tiene la necesidad jurídica de contar con los tiempos reales que marca la Ley, así como los tiempos establecidos dentro de la Manifestación de Impacto Ambiental, MIA.
La paraestatal agrega, en su solicitud de prórroga, que los permisos son oficiales y permiten destruir el manglar, ya que fueron tramitados en el año 2005, dos años antes de que entrase en vigor en México la Ley General de Vida Silvestre, la cual considera –desde el 2007– que bajo ninguna circunstancia se puede alterar un manglar, debido al modo sustentable de proyectos.
Asimismo, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo, Fonatur, confirmó que la totalidad del proyecto se mantiene paralizado en tanto no se resuelva el juicio de amparo promovido por los 113 menores y que les fue otorgado el pasado 27 de septiembre por el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Séptimo Circuito.
Lo anterior significa que el fondo está solicitando una fianza o garantía económica a los menores por existir terceros implicados en el juicio de amparo contra Fonatur, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el gobierno de Quintana Roo y la Secretaría de Ecología del municipio de Benito Juárez, todas ellas autoridades implicadas en el otorgamiento de permisos para la urbanización de los terrenos de Malecón Tajamar.
En esa zona, Fonatur ya tiene invertidos en este proyecto poco más de 500 millones de pesos para la urbanización de las 58 hectáreas con vista a la laguna Nichupté que abarca todo el complejo, aunado a ello hay por lo menos otros 20 proyectos inmobiliarios pendientes de arrancar construcción; algunos de ellos son el llamado Proyecto 63 de 80 consultorios médicos y 70 oficinas; una torre de departamentos tipo loft del empresario Francisco Córdova Lira; la catedral de María del Mar; las cinco torres de oficinas, estacionamiento y centro comercial de Bi&Di de más de 50 mil metros cuadrados, así como una amplia zona habitacional para la cual están autorizadas hasta 3 mil 600 unidades residenciales.
De mantenerse el litigio en Malecón Tajamar, Fonatur espera que, automáticamente se suspenda también la caducidad de los permisos federales que tiene Malecón Tajamar, ya que la Manifestación de Impacto Ambiental está vigente desde 2005 y vence en febrero de 2016.
En números netos, son ocho proyectos de 30 contemplados en Malecón Tajamar, revelaron fuentes oficiales del Fonatur, que ya presentaron sus informes preliminares a la Secretaría de Ecología y Desarrollo Urbano del gobierno municipal.
Según los grupos ambientalistas en Cancún, la devastación de Malecón Tajamar transgrede el Artículo 189 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.
El artículo describe la depredación de plantas de mangle y con la afectación de ello otras especies animales: Además del Sistema Arrecifal Mesoamericano, que es patrimonio de la humanidad. Todo esto viola el Artículo 60TER de la Ley General de Vida Silvestre, además de lo dispuesto por la NOM-059-SEMARNAT-2010.
Enclavado en pleno centro de la ciudad de Cancún en la región comercial de mayor plusvalía, el Malecón Tajamar es considerado la periferia de la Zona Hotelera y bordea un 10 por ciento de la laguna Nichupté, comprende mil 100 metros lineales con concreto estampado y cableado subterráneo de alta densidad; consta de una superficie de 275 hectáreas y conjuga un gran porcentaje de áreas verdes y el carácter mixto para oficinas, vivienda y comercio. Además, cuenta con una rambla de 617 metros de longitud y un camellón de 40 metros de ancho para espacios recreativos y culturales. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)