Entre desesperados y afligidos, ‘líderes opositores’ buscan hasta debajo de las piedras a ‘personalidades’ a efecto de que sean sus candidatos para los comicios del próximo 5 de junio, en especial para la Gubernatura y la Presidencia Municipal de Benito Juárez.

Hoy por hoy, la ‘oposición’ simple y dramáticamente no tiene candidatos para afrontar al PRI en el proceso electoral quintanarroense que ya está a la vuelta de la esquina.

Pero el drama no es que la oposición no tenga ‘gallos’, sino que el PRI tiene la vía libre en 2016 a pesar de que está por suelos en las encuestas, que ya empezaron a retratar colores y nombres, cuando los partidos están por definir a sus candidatos.

Puntitos más, puntitos menos, el PRI tiene una preferencia de alrededor del 30 por ciento en todo el estado y sus principales aspirantes a la Gubernatura, entre el 22 y el 18 por ciento.

Y más del 50 por ciento de los electores considera que ya es momento de la alternancia en Quintana Roo.

Estos números están de la mano con la baja aceptación al gobierno de Roberto Borge que tiene una calificación de 6, lo cual, dicho sea de paso, es muy grave para él y su equipo de propaganda, pues el Gobierno del estado tiene el control casi absoluto de los medios de comunicación.

Se entiende pues que los electores quieren echar al PRI del Palacio de Gobierno, luego de que en Quintana Roo solo ha gobernado ese partido y que desde hace tres sexenios el poder es ostentando por el mismo grupo político.

Hay un voto de castigo latente, pero el rechazo al PRI y al actual Gobernador no encuentra cauce entre las opciones opositoras.

El drama consiste en que el partido ‘opositor’ mejor posicionado está en el 15 por ciento y el candidato de cualquiera de las opciones no priistas está en los 12 puntos porcentuales.

De alguna forma, ha tenido éxito la persecución judicial y extrajudicial que el actual grupo político en el poder ha emprendido contra cualquier líder opositor que se le pare enfrente. Basta y sobra referir que los principales candidatos de la oposición de los dos recientes procesos electorales a la gubernatura acabaron en la cárcel, para luego ser perdonados y acabar como priistas vergonzantes.

No sobra mencionar que el actual Gobernador se ha sido al extremo contra la oposición. Sus estrategias no solo incluyen la amenaza o la cooptación, sino que además ha diseñado todo un aparato de infamias y calumnias, que por cierto tiene fines inminentemente partidistas, pero es pagado con recursos públicos.

Aunque el contexto es que los quintanarroenses no quieren más PRI, en la cancha de juego, el tricolor no tiene contrincante.

Los ciudadanos quieren un candidato ‘antisistema’ y partido ‘antiborgista’, pero no hay ni lo uno ni lo otro. Todos son vistos como parte de ‘lo mismo’ o bajo el control de Borge y el efecto es que los ciudadanos no ven ni candidatos ni partidos opositores.

El priismo tiene un equipo deplorable, pero no tiene a nadie enfrente. La victoria del PRI está garantizada por ‘default’ o ‘forfait’.

Pero, el resultado es aun más desastroso y ruin. En Quintana Roo no solo está cancelada la posibilidad de la alternancia, sino además ni siquiera se vislumbra la posibilidad de contrapesos.

La democracia está colapsada en Quintana Roo.

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