Parece que alguien finalmente en el PRI entendió, que lo que está en juego es el futuro del estado y que la sucesión gubernamental poco tiene que ver con un proceso como la elección de la reina y el rey feo del carnaval.
El alcalde Chetumal, Eduardo Espinosa Abuxpaqui, ha puesto en el centro del debate lo importante, y dejar a un lado la frivolidad en la contienda interna del PRI-QR.
Y el punto es que el proceso interno priista es ‘la elección’ pues en la constitucional, el PRI –al menos por ahora- no tiene rival enfrente.
De esta esa manera, la elección interna del PRI, ya no solo en un tema de priistas, sino de todos los quintanarroenses.
Y como se trata de asunto serio, el proceso priista, como bien dice el edil capitalino, no se puede decidir con espectaculares, cintillos en periódicos, spots, preposadas, y posadas y menos con gorras y ‘cilindros’.
El proceso priista tiene que tener contenido. No se trata no solo de dilucidar a ver quien es más popular, sino quien tiene la experiencia y la capacidad formal de solucionar los problemas del estado, que, dicho sea de paso son muy graves, empezando con su deuda de 21 mil millones de pesos, siguiendo con el tremendo desequilibrio económico entre el norte y el sur.
Abuxapqui pone el dedo en la llaga al establecer que se requiere un debate para los priistas (y todos los quintanarroenses) al menos ubiquen quién es quién si tiene idea donde están parados.
La situación está muy complicada en Quintana Roo, y no puede llegar cualquiera.
Al menos que sus ideas sean expuestas comparadas y luego, lo que venga.