La principal tarea de los medios de información es ofrecer, presentar y divulgar noticias, es decir acontecimientos de interés en general.

Pero, en Quintana Roo pasa lo contrario. En el estado, la generalidad de los medios opta por esconder, ocular o minimizar las noticias importantes.

Esta realidad es palpable los ‘Oxxos’, en donde los periódicos que llegan en la mañana siguen apilados hasta la noche.

El caso más reciente fue el reinicio de los obras de Malecón Tajamar, en la que maquinaria ingresó a este desarrollo de Fonatur a destruir flora y fauna, con el apoyo de granaderos.

Pero este no ha sido el único caso en donde los medios de Quintana Roo, en lugar de dar noticias, las ocultan. Otros casos notables fueron la privatización del sistema de agua potable de Playa del Carmen y la autorización del Congreso del estado para refinanciar y contratar nuevos créditos por un monto de 14 mil 727 millones de pesos.

O, incluso, hasta las manifestaciones ciudadanas para repudiar los feminicidios en Cancún que en cualquier otra parte serían un acto de estricta justicia y elemental civismo que debe ser reportado por los medios.

De hecho, incluso a Noticaribe se le intentó presionar para no divulgar la noticia del nuevo crédito, el cual era un hecho público y notorio.

Noticaribe, por supuesto, publicó la información.

Este fin de semana, la mayoría apabullante de los medios locales optaron por minimizar, ocultar y/o justificar la devastación de Malecón Tajamar, con todo y que resultaba un hecho de interés general.

Al menos uno de estos medios impreso, además, tiene vela en entierro del manglar porque es propietario de predios en el Malecón Tajamar.

Por cierto, Noticaribe, tuvo un récord de visitas por esta cobertura.

Pero la mayoría de los medios de comunicación coincidieron en sus criterios y actuaron, otra vez, como un cártel, atentos y solícitos a los intereses del gobernador Roberto Borge y en contra de los principios básicos del periodismo y del supuesto compromiso con sus lectores y audiencias.

Se nota el esfuerzo, que desde la Unidad del Vocero, se ha desplegado para que los quintanarroenses no se informen de lo ocurrido en Tajamar.

Este esfuerzo es, por supuesto, con dinero público. El Gobierno de Borge pagó, es decir, desvió recursos públicos, para desinformar a los quintanarroenses.

Pero, el asunto escaló y se volvió noticia nacional y luego internacional.

En Quintana Roo, el asunto fue ocultado, pero se supo en México y el mundo.

Los medios locales terminaron siendo devastados por la censura a Tajamar.

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