Que Mauricio Góngora tiene un jefe de campaña de lujo, pero tras bambalinas.

El ex gobernador Félix González ha tenido que aplicarse a fondo ante la insolvencia política de Mauricio Góngora y el presidente estatal del PRI, Raymundo King, para completar una ‘operación cicatriz’ que de una vez por todas contenga los brotes de inconformidad en el PRI.

La situación no se reduce a la ruptura de Carlos Joaquín, las generosas cuotas al PVEM y el Panal y/o la ira contenida de los ‘chanistas’ puros.

Mauricio Góngora, lejos de reunificar y conciliar, ha complicado aún las cosas al cobrar viejas facturas con anticipación, y deshacer acuerdos del ahora ex Primer Priista del estado.

Al precandidato le gusta jugar rudo y quiere demostrar que ahora es quien manda, pero solo ha terminado por exacerbar las pasiones encontradas y las frustraciones en el interior y afuera del PRI.

Frente este caos, Félix González Canto ha tenido que intensificar las accesiones en favor de su candidato. Va de sur a norte, sostiene reuniones, hace llamadas para apaciguar el descontento y estancias de los liderazgos que aún quedan fieles a la causa tricolor.

Pero, la operación ‘felixista’ es en lo oscurito, en la penumbra, a susurros, evocando viejos tiempos, e incluso cobrando viejos favores.

Félix se encargará de los amarres, mientras que Mauricio posará para la foto.

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