Lejos de que el Dr. Pech cure los males de Morena, los ha empeorado.
Al ex colaborador de Joaquín Hendricks, Félix González y Roberto Borge, lo pusieron para dividir el voto opositor, pero en realidad, el Dr. Pech terminó fragmentado a Morena.
En los comicios del año pasado Morena sacó el 13 por ciento, pero tras la designación de José Luis Pech como candidato cayó al 10 por ciento y en ‘números recientes’ está en el 7 por ciento.
La cosas se agravaron aún más con las designaciones ‘Mara’ Lezama y Mario Ramírez Canul. Las decepciones y las deserciones cayeron en cascada, desde los que suponían que Morena representaba un cambio y de los ‘morenistas’ fundadores que fueron desplazados.
De paso, el caso Quintana Roo vino a confirmar un doble juego de Andrés Manuel López Obrador: Muy aguerrido contra el presidente de la República y la ‘mafia del Poder’, pero a la vez muuuuy dócil en la mayoría de las entidades federativas, al pactar con los gobernadores y lo poderes fácticos locales.
Ahora el Dr. Pech quiere aplicar otro tratamiento, pero en realidad es aquella vieja receta de que ‘todos son iguales’, que es ‘lo mismo’ uno que el otro, a fin de desalentar el voto voluntario y el PRI gane con su ‘estructura’.
Tras el fracaso con el Dr. Pech, Morena (y de paso el PRI), ya no les queda más que recurrir a los ‘Brujos de Catemaco’.
