CIUDAD DE MÉXICO.- A dos días de publicar la columna No me gusta ‘Juanga’ (lo que le viene guango), en las páginas de Milenio, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hizo oficial la salida de Nicolás Alvarado de la dirección general de TV UNAM.
Mediante un comunicado de prensa, la máxima casa de estudios del país hizo pública la decisión del rector Enrique Graue de “recibir” y “aceptar” la renuncia del comunicador, refrendando el compromiso de la institución “con valores universitarios como la tolerancia, y el respeto a la pluralidad y a la diversidad”.
En su carta de resignación, de la que la UNAM difundió algunos fragmentos, Alvarado agradeció la oportunidad de poner sus “conocimientos y capacidades, adquiridos en todos y cada uno de los lugares en los que he trabajado a lo largo de mi trayectoria profesional, al servicio de una concepción de medios públicos”.
Y agregó: “Agradezco profundamente lo que me ha dado la UNAM en estos meses: la oportunidad de crear, desarrollar y ver cristalizado y fuerte, el proyecto más importante hasta ahora en mi vida profesional, y muchos amigos que seguiré cultivando y con los que seguiré discutiendo y compartiendo ideas”.
La dimisión de Nicolás Alvarado se da a poco más de siete meses de haber asumido la dirección de la televisora universitaria. Controvertida, su designación fue cuestionada desde un inicio por un sector de la comunidad que reprochó sus nexos laborales con Televisa, su desconocimiento de la Universidad Nacional, y sumaron más de 50 mil las firmas recabadas en la plataforma change.org bajo la demanda “Queremos a Nicolás Alvarado fuera de TV UNAM”.
“Ha llegado a imponer una agenda alejada de la realidad de la televisora. Pedimos por lo tanto que se tome en cuenta la importancia de conservar una televisión universitaria libre y plural, afín a los principios de la UNAM”, dice la carta con la que se exigía su salida.
Con el paso de los meses, fueron esos “valores universitarios” los que alejaron a Alvarado de su cargo. Luego de argumentar su disgusto hacia Juan Gabriel, a dos días de su muerte, publicó:
“Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel es, pues, clasista: me irritan sus lentejuelas no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental, su sintaxis no por poco literaria sino por iletrada. Y sé que la pérdida es real y que es enteramente mía. Pero condicionado como estoy por mi circunstancia, no puedo evitar reaccionar como reacciono”, concluyó en su texto, disparando decenas de miles de críticas en redes sociales y medios de comunicación que lo llevaron a ser el tema más comentado en el país… hasta el anuncio de la visita a México de Dunald Trump. (Fuente: Proceso)