Poco a poco empieza a cundir el desencanto con el nuevo gobierno.
Muy pronto, se empieza olvidar que Quintana Roo fue sometida a un descarado y despiadado saqueo durante 11 años y cinco meses por la dupla de Félix González Canto y Roberto Borge.
El alivio que significaba sacar del Palacio y de la Casa de Gobierno al felixismo-borgismo, ahora empieza a transformarse en mensajes amargos porque las cosas no están saliendo como se esperaba con el estreno de la alternancia en Quintana Roo.
La principal queja es la integración del gabinete y, no menos importante, ha sido que no se conoce bien a bien de un proyecto de gobierno, sin descontar el deseo de ver ya en la cárcel a los protagonistas del saqueo y de la persecución política.
Pero, en realidad, el problema, y muy grave, de Carlos Joaquín, es de comunicación.
Y mientras el nuevo gobierno está como extraviado, el viejo régimen está reagrupado y mantiene su amplio e intenso fragor propagandístico, como en sus mejores momentos.
En contraste, en la filas ‘joaquinistas’ no existe, no ha existido, una estrategia para al menos ponderar acciones y mensajes del arranque del nuevo gobierno y descollar la congruencia frente al anterior régimen depredador y abusivo, que está inserta desde la integración del gabinete.
Elementos mínimos como el llamado al gabinete de políticos que se enfrentaron al borgismo han quedado fuera de la estrategia de comunicación oficial, si es que hay una.
Gente como Graciela Saldaña, ahora subsecretaria en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que combatió frontalmente, como diputada federal, el proyecto Dragon Mart de Félix González, o como Julián Ricalde, que encabezó la resistencia de un puñado de militantes del PRD contra el embate de Roberto Borge que terminó por apoderarse a golpe de billetazos de las dirigencias estatal y municipales de ese partido.
Destaca también el caso de Joel Espinoza, subsecretario de Gobierno con amplia experiencia partidaria y de gobierno y con un enorme valor humano.
El mismo Alfredo Arellano, titular de Sema, que cuando fue director general de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) contuvo las ansias depredadoras en Tulum de empresarios vinculados a González Canto y Roberto Borge.
Hay un vacío en el área de comunicación social que se pretende llenar con el envío de fotos y audios de entrevistas en ‘WhatsApp’ y boletines a destiempo.
En cambio, Félix González y Roberto Borge mantienen casi intacto su aparato propagandístico, que mañana, tarde y noche arremete con mentiras o verdades a medias para revertir o minimizar las acciones y/o atacar a protagonistas del nuevo gobierno. Y lo peor es que ya empiezan a provocar por lo menos dudas, incluso, entre quienes fueron furibundos ‘joquinstas’.
Y la iniciativa ya la tomó el aparato propagandístico de la dupla Félix-“Beto”.