Priistas de todos los matices y casi todas las latitudes ya están haciendo las maletas para irse a ¡Morena!
Y es que las cosas en el PRI cada día pintan peor y, como van las cosas, el PRI acabaría como un partido satélite del PVEM.
En cambio, las perspectivas de Morena son halagüeñas, sobre todo porque en 2018 habrá elecciones concurrentes, de presidente, senadores y diputados federales, así como de los ayuntamientos.
En 2006 y 2012, Andrés Manuel López Obrador arrasó en Quintana Roo, siendo Benito Juárez y Solidaridad sus principales bastiones.
El pronóstico es que con el impulso de López Obrador, Morena gane por lo menos dos ayuntamientos, a lo que habrá que sumarle el despilfarro del bono democrático del actual gobierno estatal.
La ocasión la pinta calva y 2018 es cuándo.
Y el principal contingente de priistas a Morena sería de los ‘felixistas’.