No solo se requiere combatir a la ‘anterior’ corrupción sino también a la ‘actual’.
Cuando estaba en el poder, Roberto Borge protegió a su ex secretario particular y en ese entonces delegado de la Sedesol, Fabián Vallado, que fue descubierto cuando usaba recursos de esa dependencia a efecto de promocionarse en su loca idea de ser presidente municipal de Puerto Morelos.
El actual gobierno no puede hacer lo mismo con el Oficial Mayor, Manuel Alamilla Ceballos, que prácticamente fue descubierto con las manos en la masa.
El funcionario ordenó que la ‘escenografías institucionales’ de todos los actos públicos del gobierno estatal fueran realizadas por la empresa ‘Illusorium’, pero el detalle es que pertenece a su hermana, Melina Alamilla.
Sin decir agua va, el Oficial Mayor asignó un millonario contrato a un familiar directo.
Si se trata de combatir corrupción, hay que empezar en la casa.