Rompeolas: Melancolía por sus ex ‘guaruras’

1
48

Cuando en agosto de 2006 estalló una bomba en el interior de la sede del periódico ‘Por Esto!’ y otra, en las inmediaciones del edificio del ‘Quequi’, el entonces gobernador Félix González Canto otorgó a diestra y siniestra escoltas a dueños y ejecutivos de medios de comunicación.

Las razones fueron diversas. La principal fue protegerlos del narcotráfico, aunque luego se descubrió que lo de la bomba al ‘Quequi’, fue contra un domicilio vecino. Pero de repente otros alegaron que requerían guardaespaldas porque estaban siendo amenazados por algún político o empresario.

Y de repente, el Estado, el gobierno del estado, otorgó ‘a discreción’ escoltas como una especie de prestación gratuita a dueños de medios y  ‘vacas sagradas’ del periodismo.

Algunos de estos ‘guaruras’ acabaron como choferes de los hijos de estos ‘prohombres’, otros como mandaderos para el ‘súper’ y unos cuantos de simples compañeros.

Y esta ‘prestación’ de los escoltas a periodistas continuó en el quinquenio de Roberto Borge, como muchos de los ‘despropósitos’ de la  administración ‘felixista’.

En realidad, tener un escolta se volvió signo de distinción entre los ‘periodistas’. Entre más escoltas, pues más nivel.

Pero el actual gobierno ha decido darle fin a esta práctica de escoltas a discreción a periodistas, que llevaba unos 11 años.

 Desde la semana pasada, dueños y ejecutivos de medios y algunas ‘vacas sagradas’ debieron decir adiós a sus guardaespaldas, que  regresaron a cumplir sus verdaderas encomiendas a la Secretaría de Seguridad Pública o la Fiscalía General del Estado.

Muchos aún no lo superan y su sufrir lo reflejan en las primeras planas de sus medios.

 

Comentarios en Facebook

1 COMENTARIO

Los comentarios están cerrados.