Nueva York. El presidente Donald Trump se vio obligado asegurar a los mandatarios de México y Canadá que Estados Unidos no buscará retirarse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) – por ahora- un día después de que la Casa Blanca generó alarma al aseverar que se estaba contemplando anunciar el retiro del acuerdo trilateral.
La Casa Blanca informó que Trump, en llamadas la noche de este miércoles con sus contrapartes Enrique Peña Nieto y el primer ministro canadiense Justin Trudeau, “acordó no poner fin al TLCAN por ahora”. Agregó que los tres mandatarios convinieron en “proceder rápidamente… para habilitar la renegociación” del acuerdo en beneficio de los tres países. “Creo que el resultado final hará más fuerte y mejor a los tres países”, dijo Trump en una declaración.
Horas antes, altos funcionarios del gobierno de Trump difundieron de manera extraoficial versiones a varios medios nacionales de que Trump estaba contemplando emitir una orden ejecutiva declarando que su país tenía la intención de retirarse del TLCAN, sin ofrecer mayor detalle.
De hecho, se informó que ya existía un borrador de la orden ejecutiva -redactada por Peter Navarro, jefe del Consejo de Comercio Nacional de Trump y el jefe de estrategia Steve Bannon entre otros- y que era posible que fuera presentada esta misma semana o la próxima.
Esa noticia sacudió a empresarios y granjeros, y a varios legisladores republicanos que apoyan el TLCAN.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, no desmintió estas versiones en la tarde, sólo respondiendo que “hay rumores” sobre una orden ejecutiva, pero que “no comento sobre rumores”, lo cual no frenó la especulación que esta noticia desató a lo largo del día.
Empresarios y altos funcionarios de los gobiernos de México y Estados Unidos, así como legisladores estadunidenses, el propio Ross entre ellos, comentaron que en fechas recientes se les había asegurado que Trump había modificado -no necesariamente en la retórica pero sí en los hechos- su promesa de campaña de anular el TLCAN, y que una renegociación abordaría cambios modestos.
De hecho, algunas de las modificaciones propuestas ya habían sido consultadas con legisladores en Washington, y algunos de ellos hoy afirmaron que habían entendido que Trump estaba buscando sólo actualizar el acuerdo comercial.
Por lo tanto, algunos legisladores y observadores concluyeron que todo esto era parte de una maniobra de negociación. A la vez, aparentemente preocupados de que la opción de un retiro del TLCAN se estaba contemplando en serio por la Casa Blanca, varios senadores y representantes republicanos, y hasta algunos demócratas, instaron al presidente a no proceder con tal orden, algunos advirtiendo que será “desastroso”. “Creo que deberemos ser cautelosos sobre consecuencias no intencionales”, dijo el senador republicano John Cornyn.
Si Trump firmara la orden ejecutiva, se iniciaría el proceso de 6 meses para el retiro de un socio del TLCAN, según las reglas de ese acuerdo trilateral que se implementó hace 23 años.
Algunas fuentes, según reportó el Washington Post, aseguran que Trump podría proceder por una vía paralela en donde emitiría otra orden notificando al Congreso de su intención formal de renegociar el acuerdo. Ambas ordenes funcionarían como herramientas en una negociación con México y Canadá, obligando a los socios a ofrecer concesiones bajo una amenaza efectiva de un retiro de Estados Unidos.
Al parecer, ya quedo descartado el retiro del acuerdo, “por ahora”. (Fuente: La Jornada)