Dos alcaldesas, por cierto de fuerzas políticas diferentes, tomaron medidas firmes ante problemas de inseguridad cuya solución era impostergable.
La presidenta municipal de Solidaridad, Cristina Torres hacia recibido una verdadera bomba de tiempo con la cárcel de Playa de Carmen. No se requería ser un experto en seguridad para anticipar problemas muy graves en un centro de retención municipal en donde había delincuentes de alta peligrosidad.
Cristina Torres optó por no pactar y se fue directo: separó a la directora de la cárcel, intensificó la revisión y mandó a reclusorios federales a los reos peligrosos.
El territorio de Puerto Morelos formaba parte del municipio de Benito Juárez. Las nuevas autoridades portomorelenses recibieron de sus homólogos de Cancún apoyo en diversas áreas, incluidos policías.
Pero el ‘detalle’ es que les enviaron a los más problemáticos y lejos de ser una solución se volvieron un problema. Laura decidió cortar por la sano y regresó a estos policías cancunenses a Benito Juárez. Más vale sola que mal acompañada.
En tanto, el presidente municipal de Benito Juárez, Remberto Estrada, aún no se decide a darle las gracias a José Luis Jonathan Yong Mendoza, como jefe de la policía de Cancún.