VERACRUZ, MX.- “Había ropa interior, casi mitad y mitad, entre hombre y mujer; ropa de gente joven y también de bebés”, describió la madre de Luis Ángel García Ramírez (desaparecido el 29 de diciembre de 2013) al salir del auditorio de la Dirección General de Servicios Periciales donde se expuso la carpeta fotográfica de los hallazgos en un cementerio clandestino del que informó el jueves la Fiscalía General del Estado (FGE), publicó La Jornada.
La fosa, se informó ayer, se encuentra en el municipio de Alvarado y de allí se han exhumado 166 cuerpos de personas fallecidas en hechos violentos. Cuando el sol ya se había ocultado, la mujer salió y relató: “En lo que vi, había al menos ocho prendas de niños pequeños, sudaderas con gorro, pantaloncitos cortos y sandalias rositas pequeñas”.
La presidenta de la CEDH, Namiko Matzumoto Benítez, quien coordina el ingreso, dijo que la FGE ha dispuesto 62 lugares para que familiares de personas desaparecidas observen el catálogo. Para el sábado ya están anotadas otras 32 familias de Córdoba, Veracruz, Xalapa, Tierra Blanca y Coatzacoalcos, dijo.
A ellas les proyectarán las fotografías de 200 restos de ropa y 114 identificaciones localizadas junto con los 166 cuerpos.
La funcionaria destacó que la expectativa en torno a la fosa de Alvarado despertó el interés incluso de personas de otras entidades cuyos familiares desaparecieron en territorio veracruzano.
Elvira Gómez López, quien también busca a sus hijos Juan de Dios y Rodrigo, desaparecidos hace seis años, coincidió: “había ropa de personas mayores y ropa y chancletas de niños”.
En la explanada del edificio público los familiares fueron recibidos por un coctel de olores en varias escalas, desde lo putrefacto hasta el olor a cloro. Y una nube de mosquitos hambrientos que no se ahuyenta ni con el humo de los cigarros.
Silvia Cárdenas Chávez, madre de Carlos Manuel de la Cruz, desaparecido el 30 de octubre de 2014, es una de las 32 mujeres que acudió al llamado; fue atendida por sicólogos expertos en contención de crisis.
Mientras espera, Alicia, la hermana de Silvia, relata: “Cuando uno pierde un hijo sólo quieres encontrarlo. Todo es subir, bajar, llorar, pelear, no dormir, no comer, hasta que te entreguen su cuerpo”.
A la conversación se suma Saidi, la hija de Silvia, quien dice que cuando escuchó la noticia de la fosa clandestina de Alvarado, sintió una gran indignación. “Me da tanto coraje, pienso ‘son 166’. Y muchos más que han encontrado. ¿Cuántos como a mi hermano les habrá pasado igual?” (Fuente: La Jornada)